El descompuesto esqueleto del último libro que quedó en la ciudad después que se conoció el 2013 el último lugar en el mundo en comprensión de lectura, fue encontrado ayer en la noche. En las inmediaciones del Mercado Central estaba esa codiciada pieza arqueológica, ese objeto mítico, ese bien incunable, conocido como Libro de Reclamaciones. Ese famoso ejemplar era lo único que quedó después que las autoridades, para evitar ese pésimo sitio final, esa desventurada ubicación de retaguardia, simplemente decidieron desaparecer cualquier libro de la ciudad o la región, ya sea bueno o malo, caro o barato, legible o ilegible.
La alcaldesa de Maynas, Adela Jiménez, comenzó con esa auspiciosa tarea y sacó las obras de la Biblioteca Edil para levantar ya mismo un museo de sitio, de lugar o de parada. Otras entidades tutelares e instituciones de la gran siete hicieron lo mismo y desaparecieron los libros de sus pequeñas bibliotecas pero no levantaron nada. Ni muros de murmullos. Así se acabó la maldición del último lugar en ese rubro. La odiosa encuesta Pisa nunca más incluyó a los escurridizos, fandangueros y emprendedores loretanos. El célebre Libro de Reclamaciones pronto fue proscrito porque era de difícil lectura, provocaba bostezos y el descansado sueño.
La urbe entonces, sin tener un libro al frente, sin una sola biblioteca, ni para el gasto, reventó en más parrilladas, más feriados largos y más largos, más alcoholismos, más engendramientos prematuros, más de nada. Muy pronto los bosquesantes del campo y la ciudad no sabían leer ni sus nombres, ni las señales del semáforo o los montos de las facturas de agua y luz, cuyas empresas en ese entonces ya no existían. El libro desenterrado iba a convertirse en un atractivo universal debido al museo que se iba a levantar dentro de un trillón de años, pero quiso la mala suerte que ese esqueleto se desmoronara en manos de los excavadores. El polvo es un destino inevitable. Y un recuerdo del polvo es el libro ahora en la ecológica urbe, mientras se vuelve a celebrar el primer lugar en el juego de las 3 marías.