El escrache
Es una palabra procedente de Uruguay y Argentina, un americanismo que está en la boca de todos por estos días en España. El corrector automático del Word pone una línea roja, le suena a chino. En estos días de los desahucios que están a la orden del día en la península porque los que deben a los bancos deudas hipotecarias no pueden pagarlas; y la población afectada ha logrado unir fuerzas y formar asociaciones que de alguna u otra manera tratan de paralizar esos desalojos de personas agobiadas por la deuda y el paro, y que no pueden asumir la deuda que en su día contrajeron con la complicidad de los bancos. Según versiones de los afectados los que trabajan en los bancos llaman por teléfono a sus casas amenazándoles con el desalojo y el inminente proceso judicial que los pondrían en la calle y con la única consigna: paguen, paguen. Es de locos, uno de los afectados narraba a un programa de televisión que está con asistencia psicológica y que su mujer tenía una depresión de campeonato. Uno de los afectados en manos de un abogado creativo logró presentar una cuestión prejudicial – que se admite en la legislación comunitaria cuando una ley nacional contraviene una ley europea, y el tribunal europeo le ha dado la razón argumentando que muchas de las cláusulas de las deudas hipotecarias son abusivas. Este mandato pretoriano obliga o debe obligar al Estado parte a cambiar la legislación al respecto. Pero el actual gobierno conservador, del muy incompetente Rajoy, y el anterior socialista del inefable Rodríguez Zapatero se han hecho los locos ante este grave problema social y no quieren modificar esas reglas de juego leoninas a pesar de iniciativas ciudadanas para cambiar la ley. En este punto los afectados por las hipotecas ante la inercia e incompetencia de los partidos políticos se han movilizado. Se paran con pitos y flautas frente a las casas de los políticos jaleándolos a cambiar la ley y que apoyen una iniciativa popular para cambiar las reglas del desahucio que está en trámite en el Congreso. El actual partido de gobierno, conservadores corruptos, ha descafeinado la ley y eso a conllevado a la tensión actual. Veremos como va acabar este lío de los políticos que paga, desgraciadamente, la ciudadanía.