El equipo de melenudos y rugientes leones peloteros viene causando sensación en el campeonato oficial del futbol peruano. La escuadra leonina, conformada por once bravos y carniceros animales robustos, que no utilizan ni sus colmillos ni sus zarpas, durante los reñidos partidos, viene punteando la tabla de posiciones, sin una sola derrota y sin ni siquiera un solo empate. Está demás decir que este año, 5555, ese colectivo zoológico conquistará el titulo una vez más, pues desde que apareció en el escenario nacional nunca ha ocupado el segundo lugar. El mérito es de su entrenador o domador que dejó de dedicarse a falsificar billetes para hacer algo provechoso.
Todo el mundo sabe ahora que los animales son inteligentes. Desde que nacen cumplen con su papel. Así un perro no quiere ser gato y una rata no pretende emular a un caballo. Esa alta filosofía fue utilizada por el referido domador o entrenador para enseñar a jugar la pelota a los leones. Estos, muy moscas, aprendieron al toque las técnicas, las estrategias pelotísticas y desde que aparecieron en las canchas peruanas no han herido a nadie ni han devorada a ningún hincha del equipo contrario. Es decir, que son como mansas palomas que van directamente al grano. O sea a la rodante pelota.
El aguerrido equipo de los leones ha despertado en las yertas memorias un optimismo ya gastado, ya perdido. Eso del campeonato mundial de fútbol viene saliendo tímidamente en los periódicos virtuales que nadie redacta. Se supone que esos bravos animales podrían eliminar a los rivales del Perú en las eliminatorias que se vienen. Nosotros, tan pesimistas como siempre, sostenemos que ni los leones futbolistas nos podrán en esa justa de la de cuero que se realizará en el país de Gales. La razón es sencilla. De acuerdo a las nuevas reglas impuestas, eso de todos contra todos, el Perú se eliminará con España, Alemania e Italia.