El diplomático discreto

Entre los valores relevantes y destacables de quienes ejercen la diplomacia como profesión están la discreción y persuasión. Diplomático que habla y oferta mucho no me fío de él. Un día de 2011 a raíz de la publicación de mi novela “El búho de Queen Gardens Street”, me llegó el e-mail de Juan José Plasencia Vásquez, me dijo que era de Iquitos y trabajaba en la Embajada de Perú en Madrid y me ofrecía la presentación de mi novela. Sin más. Me quedé asombrado de su buena fe y disposición. Un hecho ajeno a la mezquindad, vicio desgraciado que abunda en muchas personas y sitios. Desde entonces la novela adobada por el azar del encuentro con este diplomático discreto ha transitado por diferentes lugares en España. Lugares de paso casi todos de gran simbolismo como es el caso de Valladolid [por nuestro pasado agustiniano de Juanjo y el mío] y de la ciudad de Trujillo donde salieron los navegantes que se encontraron con el Amazonas y parte de la floresta. La península se inundó de selva por unos segundos. Para la presentación de la trilogía “El insomnio del perezoso” [que incluía la novela del niño Uitoto llevado a la calle Queen Garden Street en Londres] la persuasión de Juanjo jugó en papel importante, él hizo los contactos con el Museo Nacional de Antropología y con los resultados concretos avanzábamos – confieso que por un momento estuve en el limbo de sus noticias hasta que un buen día anunció que todo caminaba sobre ruedas. Él es de los aliancistas [y también madridista, en ambas elecciones coincidimos] que muestran logros y no solo lamentos, ni pésimas excusas. Pero una de las cualidades de este diplomático prudente es que rezume de floresta las veinticuatro horas del día, apenas mencionas Amazonía sus ojos le brillan, la sonrisa le cambia. Hay un halo de nostalgia del bien perdido. Con personas tan diligente y sensible como él la floresta puede dormir tranquila [y sin pesadillas] porque estará vigilante de cualquier acoso o saqueo.

 

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1 COMENTARIO

  1. «Apenas mencionas Amazonía sus ojos le brillan, la sonrisa le cambia. Hay un halo de nostalgia del bien perdido. Con personas tan diligente y sensible como él la floresta puede dormir tranquila [y sin pesadillas] porque estará vigilante de cualquier acoso o saqueo», excelente pàrrafo que resume todo el texto. En fin, el objetivo es siempre que nuestro «terruños » sean eternos. Felicidades JJ.

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