El dinero desperdiciado

En cualquier parte de este mundo, hasta del otro, poderoso caballero sigue siendo don dinero. Como si no supieran esa verdad única, incontrovertible, inmutable, “No hay plata”,  repiten desde hace siglos los que nos gobiernan.   Esa frase atraviesa la historia regional como un eco malsano y brutal. Un remoto virrey le inventó en Lima cuando un misionero fue a pedirle la marmaja correspondiente para que invirtiera en el remoto boscaje del Perú. El representante del estado colonial abrió el cofre de la brutal respuesta y con el correr de los años se convirtió en un estribillo reiterado. En un disco rayado que sigue dominando las respuestas de los unos y los otros.

“No hay plata”, por ejemplo, pueden decir los jefes del complicado sector salud.  Algo inaudito en verdad debido a que hace poco dicho sector recibió un buen billete para que invirtiera en el álgido sector de la niñez y adolescencia, en aras de evitar los escandalosos embarazos prematuros.  El profesor José Barletti nos acaba de informar sobre el dinero entregado en el programa radial de Hercilia del Aguila. Nadie sabe ahora dónde está ese poderoso caballero. Nadie sabe en qué se gastó ese dinero fresco.   Nadie sabe nada. “No hay plata” para nada ni para nadie.

Los embarazos prematuros van a seguir sin término  gracias a esa deserción de los adultos, gracias al desfalco del dinero concedido.   La región Loreto, desde hace diez años,  ocupa un denigrante lugar a nivel nacional en ese rubro. “No hay plata”, para tratar de solucionar ese problema. Nunca hubo ni hay dinero  para que  las  niñas  y adolescentes no se conviertan en madres a edad tan temprana.  ¿Qué hicieron con ese dinero los jerarcas de salud? ¿Dónde fue a parar ese poderoso caballero que debió invertirse en la niñez y la adolescencia?  ¿Quién nos podrá informar sobre el particular? ¿Cómo acabarán este año los embarazos prematuros?