EL DESCENSO DE VISITANTES A IQUITOS  

[La crisis turística].

Escribe: Percy Vílchez Vela

El año 2015 ya se marcha a pasos agigantados. Y ese fin podría ser el momento propicio para hacer un balance de las cosas buenas y  malas que nos han acontecido.  El rubro turístico, por ejemplo,  se presta a eso no debido a sus aciertos  o avances, sino debido al increíble descenso de visitantes en este año. La noticia nos sorprende en la medida en que echa por tierra las pretendidas imágenes de una ciudad que se vende como atractivo. Ello es un verdadera atentado a una urbe que tiene la  seducción a flor de piel.  ¿Cómo es que se descendió a esa calamidad cívica?

En el año 2012 la ciudad de Iquitos obtuvo el galardón Travelers Choice por ocupar el puesto 22 de entre 25 mejores destinos turísticos de América Latina. Hace escasos  3 años la urbe oriental estaba en un puesto expectante, en una posición de privilegio, en el rubro turístico demostrando que tenía ímpetu. Ese premio anunciaba un futuro diferente y la posibilidad de que las cosas iban a seguir mejorando con el correr del tiempo. Pero todo fue ilusión. Porque ahora, en este año que termina, la ciudad muestra grietas y goteras inquietantes en el rubro turístico.

La cifra de 100,000 personas menos marca la agenda turística de la ciudad de Iquitos en  este 2015. 100,000 personas es demasiado alto e indica que algo grave está pasando en el rubro. La drástica  disminución de visitantes, en comparación con el año anterior, es una catástrofe desde cualquier punto de vista. Demuestra que en vez de avanzar en ese rubro, como cabría esperarse, se ha retrocedido a pasos agigantados. Lo cual demuestra, entre otras cosas, que hay una crisis agobiante en la industria sin chimeneas.  Crisis que al parecer agarró desprevenidos a las autoridades que todavía están pensando que los cerdos vuelan y que las cosas caen por si solas.

En el año 2014 la suma de visitantes ascendió a 240,000 personas. La cifra hacía pensar en un avance o un auge, y era fácil imaginar un futuro promisorio para esa industria, pese a los declives evidentes que le asedian estructuralmente. Pero por diversas razonas, a la fecha, esa cifra ha disminuido en un 30%El porcentaje es demasiado alto para un sector que se suponía estaba bien atendido y mejor defendido puesto que todo el mundo habla de las posibilidades turísticas que tiene la ciudad más importante de la Amazonía del Perú. Y esa cifra alta, también, es un indicativo de que las cosas que se hicieron  para mejorar el sector no dieron los resultados esperados. Muy por el contrario, fueron contrapoducentes.   ¿Qué sucedió realmente para esa caída? Muchas son las explicaciones. Pero queremos citar solo un caso para demostrar por dónde anda la cosa.

Los trabajadores del parque Quistococha se encuentran en estos momentos en pie de guerra y de lucha. Amenazan con soltar a todos los animales si es que no les pagan los 6 meses que les deben. Ello es grave en la medida en que atenta directamente contra la industria sin chimeneas ya que ese parque es considerado como uno de los destinos habituales de los visitantes. Ese descuido y esa afrenta se pueden encontrar en los otros segmentos de la actividad turística en nuestra ciudad.

En el Perú la industria turística es la tercera industria más dinámica detrás de la pesca y la minería. Iquitos acaba de salir de ese rango para pasar a la retaguardia. Lo cual le alejan más todavía de las otras ciudades  que no han visto descender drásticamente el número de sus visitantes. El año que viene, 2016, Iquitos comenzará  con desventaja con respecto a otras urbes  del país. Y ya no podrá postular al Travelers Choice por obvias razones. ¿Qué se puede hacer para revertir esa situación.

Muchas cosas pero lo más importante será invertir grandes sumas de dinero para superar al Brasil que a lo largo del tiempo ha logrado vender su Amazonía como si se tratara  de un lugar único que solo les pertenece a ellos. Ellos se creen dueños absolutos del río Amazonas, por ejemplo. No es una tarea fácil demostrar al mundo que esa arteria fluvial también pertenece al Perú. He ahí la gran batalla que se debería emprender. Si no se comienza por donde se debería comenzar se corre el riesgo de que las otras mejoras desemboquen en nada. Así de complicado el asunto.