Entre dimes y diretes
Este país es apto para la efusión del petardo verbal, para la agresión con palabras. De vez en cuando, como una explosión repentina, aparecen individuos lanzándose adjetivos y epítetos, como muestra no de destreza verbal sino de incapacidad de servir a la razón. O de simple evasión. Porque con frases ingeniosas, con insultos compartidos, no se llega a ninguna parte. En pleno bullicio de la campaña electoral, acaba de ocurrir un altercado de frases urticantes, un pugilato de declaraciones, entre el respetable señor alcalde de Maynas, Salomón Abensur Díaz y el biólogo José Álvarez Alonso, que de vez en cuando escribe crónicas nada complacientes en algunos medios locales.
Entre dimes y diretes, entre venenosas frases, ambos se dieron con todo. El uno le dijo esto y el otro contestó sin perder su tiempo. No sabemos qué grandes enseñanzas se puede sacar de ese cruce alterado. Nos parece que entre dimes y diretes, se perdió una buena oportunidad de debatir sobre un tema tan importante para nuestro futuro como es el turismo. La cuestión es que Alvarez Alonso hizo inicialmente referencia a la crisis en ese rubro, culpando al burgomaestre Abensur Díaz de ese desastre. El señor alcalde saltó con garrocha el tema propuesto y atacó primero. Su artillería verbal estalló.
Pero una artillería con balas de fogueo, con proyectiles mal dirigidos, que no hizo referencia a ese turismo alicaído. No era entonces posible el debate serio y alturado. Se acabó de entrada la posibilidad de encontrar aportes y alternativas para ese rubro. En tantos pasajes de nuestra historia regional la artillería verbal no ha servido de nada en términos efectivos. Ha sido, más bien, una traba, una desviación. Entre insultos, frases picantes, hemos perdido tantas ocasiones de mejorar. Pero, claro, sirven para portadas, para primeras planas, como lo demuestra la edición de hoy. Lo que puede decirse a favor del alcalde es que él no lanzó la primera piedra y a favor de Pepe Álvarez que como no es autoridad de nada puede darse esas licencias no siempre apropiadas.