Las incumplidas promesas electorales
Entre la nada eficaz clase política de este país hay un rubro que es una práctica permanente que revela el instinto pícaro, oportunista y demagógico del candidato, para quien todo vale en la áspera y despiadada lucha por la conquista de la ubre del poder. Es el vasto campo de la promesa electoral que nunca se cumple, la oferta que jamás se realiza, la obra que queda en el ingrato olvido. Otro sería este país si, por arte de magia, se cumplieran todos los ofrecimientos de los viejos y nuevos aspirantes a altos cargos y buscados puestos. Sin ninguna duda. Entre nosotros, esa viveza es descomunal. No es de ahora. Es de ayer. Es de siempre.
¿Se acordará el siempre amnésico lector y elector que en un tiempo no lejano hubo un candidato que ofreció entregar cuatro mil casas para igual número de pobladores sin vivienda? Así como este ofrecimiento se puede hacer una lista de los ofrecimientos demagógicos. Desde la ejecución de la obra de la hidroeléctrica de Mazán hasta la construcción de un puente peatonal que nunca se realiza. El moderno Parque de las Nodrizas fue una oferta anunciada y suscrita por algún candidato perdido ahora en el largo olvido. Nunca ni siquiera se puso la primera piedra. En el presente, se podría hacer una enciclopedia voluminosa con las promesas incumplidas de estos políticos de tierra adentro.
La más incumplida promesa electoral de estos tiempos, engaño en el que se unen todos los candidatos, es la erradicación de la pobreza. El más recurrente tema de los discursos es ese espinoso tema. No hay político que no quiera terminar con esa lacra. Pero la pobreza, pese a lo que dicen las cifras oficiales, a lo que muestren los gobernantes ante sus complacientes voceros, sigue incrementándose. Sería largo y tedioso hacer un catálogo de esa desgracia cívica. Lo que cuenta es que la promesa incumplida se ha convertido en una industria sin nada. O, mejor, en un pernicioso vicio que nos afecta cada vez que hay elecciones. ¿No se podría hacer algo para que los políticos cumplan escrupulosamente con lo que ofrecen en sus ruidosas campañas?