A orillas del río Madre de Dios, la concesión Eco Amazonía Lodge demuestra que conservar la selva y generar desarrollo pueden ir de la mano. En sus 4798 hectáreas de bosque tropical, se impulsa un modelo de turismo responsable que protege la biodiversidad y ofrece oportunidades sostenibles a las comunidades locales.
El área fue reconocida por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP-WCMC) como una Otra Medida Efectiva de Conservación Basada en Áreas (OMEC), una categoría internacional que distingue a los espacios bien conservados fuera del sistema tradicional de áreas naturales protegidas. Con este reconocimiento, Eco Amazonía Lodge se suma al esfuerzo global por cumplir la Meta 30×30 del Marco Mundial de Biodiversidad Kunming-Montreal, que busca conservar al menos el 30 % de los ecosistemas del planeta al 2030.
Juan de la Cruz Toledo, representante legal de la concesión, recuerda cómo el turismo transformó el paisaje y la vida en la zona. “Cuando llegué hace más de 35 años, la selva estaba degradada por la tala y la caza; los grandes animales casi habían desaparecido. Hoy, gracias al turismo y la conservación, el bosque se está recuperando y hemos logrado ver nuevamente jaguares, caimanes negros, nutrias y otras especies que antes eran imposibles de observar”, señala.
Naturaleza viva y educación ambiental
Eco Amazonía Lodge ofrece a sus visitantes recorridos por trochas de interpretación, paseos fluviales y visitas a lagos como Apu Víctor, Cocha Perdida y Cocha Caimán, donde habitan lobos de río, taricayas y caimanes negros. Además, torres y pasarelas elevadas permiten el avistamiento de aves emblemáticas como guacamayos, tucanes y trompeteras, sin perturbar su entorno natural.
Eco Amazonía Lodge ofrece a sus visitantes recorridos por trochas de interpretación, paseos fluviales y visitas a lagos. (Foto: Difusión)
“Esta selva es completa para el avistamiento de fauna. Basta caminar un kilómetro para ver huanganas o tropas de monos. Es un privilegio que nos obliga a cuidarla”, afirma De la Cruz.
El área alberga diversos ecosistemas, aguajales, pantanos y bosques aluviales, que sirven de refugio a especies amenazadas como la sachavaca, el mono coto y el jaguar. Para su gestor, la clave está en un turismo que no solo genera ingresos, sino también conciencia. “El turismo genera movimiento económico, pero sobre todo conciencia. A diferencia de la tala o la minería ilegal, no destruye ni contamina; los visitantes vienen a observar y aprender, y eso mantiene viva la selva”, enfatiza.
Supervisión y manejo sostenible
Según la supervisión realizada por el Organismo de Supervisión de los Recursos Forestales y de Fauna Silvestre (Osinfor) en 2024, Eco Amazonía Lodge cumple con las disposiciones legales y las metas de su Documento de Gestión (DEMA) 2023–2027, manteniendo cero actividades ilegales en su territorio. Los resultados confirman una gestión ejemplar que asegura la conservación de la diversidad biológica in situ.
Asimismo, la concesión planea implementar un programa de repoblamiento de taricayas y estudios sobre las propiedades medicinales de las plantas nativas, reforzando su compromiso con la investigación científica y el manejo sostenible.
El área alberga diversos ecosistemas, aguajales, pantanos y bosques aluviales, que sirven de refugio a especies amenazadas. (Foto: Difusión)
El Osinfor destacó que supervisar y acompañar estas iniciativas permite fortalecer la conservación, garantizar los servicios ecosistémicos y promover más reconocimientos OMEC en el país. Actualmente, el Perú cuenta con 38 concesiones para ecoturismo, de las cuales se han realizado 15 supervisiones, consolidando al país como un referente en conservación y turismo responsable en la Amazonía.
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