Duro golpe al turismo y a la seguridad de las embarcaciones fluviales es lo que ha padecido la región Loreto en la última semana. Golpe del que será muy difícil recuperarse. A media semana el asalto a la embarcación Amazon Discovery con 29 turistas a bordo –dos de Australia, dos de Nueva Zelanda, lo que grafica la diversidad de nacionalidades originarias para este servicio- no solo ha provocado pérdidas por cerca de 100 mil dólares en el rubro sino que demuestra la precariedad con que se lleva el mismo. Y el fin de semana la desaparición de ocho de los 21 tripulantes que sufrieron por la explosión de Aqua Amazon ha demostrado que ni las autoridades ni los empresarios toman las medidas para evitar siniestros y han perdido no solo un buque sino personas que dejan en la orfandad a sus familiares.
En el primer caso, si bien es cierto que la empresa ya reanudó los servicios en los ríos amazónicos se sabe que lo hace con un efectivo policial a bordo. La pregunta que salta es: ¿Se tuvo que producir un asalto para que las autoridades y la empresa decidan que la Policía Nacional del Perú coloque un efectivo a bordo? Es verdad que no se puede adivinar cuándo aparecerán los asaltantes pero el trabajo de prevención no parece ser la dinámica de quienes tienen a su cargo dicho servicio. Es conocido que el daño producido en cuanto a imagen es irreversible. Los 29 pasajeros no sólo dejarán de tomar este servicio sino que recomendarán a todos quienes quieran escucharlos que no lo hagan. Porque, según cuentan varios testigos y los propios turistas, lo que han vivido es simplemente terrible y desastroso. No sólo han perdido sus pertenencias sino que en algún momento creyeron que los iban a matar.
En el segundo caso, cualquier plan de contingencia no devolverá la vida de jóvenes que en su afán por superarse cotidianamente han encontrado la muerte de la manera más dramática. El drama que comienzan a vivir los familiares no podrá en ninguna forma devolver lo que han perdido. Además del dolor que produce la pérdida intempestiva de un ser querido el hecho de no encontrar el cuerpo abona en el hecho que varias cosas no se están haciendo como debe ser. Al manipuleo de herramientas cerca de productos inflamables en los puertos de Iquitos se creía que era un denominador común de los informarles y negligentes. Pero en el puerto de Enapu se realiza similar práctica. Que la pregunta: ¿En qué puerto entonces el manipuleo de productos y el movimiento de embarcaciones se hace con apego al reglamento? Parece que en ninguno.
Ambos casos tiene que movernos a una reflexión profunda porque si el turismo es una posibilidad que nos queda –semanalmente cerca de 500 personas ocupan este servicio en Iquitos y las zonas reservadas- de generar desarrollo con ganancias para todos.