Ayer, por un año más se ha celebrado el “día del idioma castellano”, ello en homenaje y reconocimiento al célebre escritor don Miguel de Cervantes Saavedra, quien expiró en esta fecha, en el año 1616. Y cuando recordamos esta fecha, pensamos en aquel hombrecillo que se había quedado loco de tanto leer novelas de caballería, que después de quedarse loco, salió a imitar a esos caballeros creyéndoles sus pares, adentrándonos en la lectura de “En el ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha”, en un misterioso viaje por la España renacentista, burlándose Cervantes mediante esta novela, de aquellas novelas de caballería, tal vez con un sentido picaresco, que se creía que iban a pasar la valla del tiempo. Pero la historia fue otra, siendo la obra de don Cervantes Saavedra la obra que sigue pasando las vallas de los siglos, quedando descubierto ahora que Cervantes estaba equivocado, ya que como nos cuenta que su personaje, don Quijote, se quedó loco por tanto leer, pues Bienvenido Ramírez, congresista fujimorista actual de la patria peruana, le diría todo lo contrario, según su criterio de médico científico: “don Cervantes, don Quijote no debería haber quedado loco, debería haber padecido de Alzheimer”.
“Tengamos en cuenta, que el cerebro del ser humano, a medida que transcurre el tiempo, envejece. Ya a los 40 años no pensamos o no estudiamos como estudiábamos a los 20 años y a los 60 años. Existe una enfermedad que se llama síndrome de Alzheimer, que se da en aquellas personas que estudiaron mucho y que leyeron mucho, y uno de ellos son los profesores”, dijo Ramírez.
Tomando esta disparatada teoría, don Quijote sí sufría de Alzheimer, creo que muchos personajes de nuestra literatura universal como, Peter Kien de “Auto de Fe” de Elias Canetti, el personaje Borges del cuento “El libro de Arena”; también debería de haber sufrido del mismo mal tantos escritores, científicos y estudiosos. Creo que Mario Vargas Llosa, antes de casarse, debería saber que sufre de este mal, o que y tantos escritores, periodistas, o aficionados con la lectura, deben estar padeciendo de este al. O tal vez hasta este humilde escritor no lo sabe hasta ahora que padece de este mal generado por tanto leer, y que debería visitar una clínica antes que una biblioteca o una librería.
En el libro, “Historia de la estupidez” hay muchos hechos que no fueron considerados estúpidos, por falta de investigación o de conocimiento, pero si intentamos considerar este hecho dentro de aquel libro, en una siguiente edición, no solo sería hasta anacrónico la intención, sino que el primero en salir a refutar nuestro mal sería el congresista Bienvenido Ramírez, al decir que por demasiada investigación para el libro “Historia de la estupidez”, podemos conseguir este mal, que a decir verdad, que como él, médico de profesión, también debe de estar sufriendo de Alzheimer, como todo el mundo que en este momento está leyendo y que está estudiando para no ser parte de la “Historia de la estupidez” como ya lo ha de ser, póstumamente, Bienvenido Ramírez.