El docente Elvis Pezo Hidalgo considera vital que los maestros, familias y la comunidad apoyen en el proceso de regreso a las escuelas, para que todos los niños y adolescentes continúen su educación formal.
Este retorno debe ser seguro, flexible, gradual y voluntario, más aún cuando los alumnos quedaron fuera del sistema por no contar con buena conexión a internet y, es más, no tienen computadoras, televisores o teléfonos en sus casas.
“Como educadores sabemos y aseguramos que la capacidad de los niños de leer, escribir y realizar operaciones matemáticas básicas se ha deteriorado, más aún en los últimos años, por la suspensión de las clases presenciales”, sostuvo.
Pezo Hidalgo fundamentó su apreciación con la evidencia que señala que la COVID-19 tiene menor impacto en los niños y adolescentes, así como una baja letalidad, incluso en relación con otras enfermedades existentes.
Las escuelas son espacios de socialización, desarrollo psicoemocional y prevención de la violencia para los menores, quienes necesitan estar en contacto con sus amigos, ya que de lo contrario pueden sufrir de depresión y ansiedad.
“Fuera de las escuelas, los niños tienen mayor riesgo de sufrir abusos y violencia, ya que los docentes somos los primeros que detectamos estos casos y los denunciamos”, dijo.