Un recuento de hechos que se han registrado en estos días y que desnudan nuestras limitaciones.
Lo cierto es que año a año venimos padeciendo por la poca seguridad que hay en estas fechas donde por un lado nos dicen que son de paz y amor, por otro nos enrostran que debemos estar ojo, pestaña y ceja. Porque podemos vivir una experiencia lamentable.
A cinco días de celebrar la Navidad, varios acontecimientos nos pintan la realidad de que este esperado mes es uno de los más inseguros del calendario, lo cierto es que año a año venimos padeciendo por la poca seguridad que hay en estas fechas donde por un lado nos dicen que son de paz y amor, por otro nos enrostran que debemos estar ojo, pestaña y ceja. Porque podemos vivir una experiencia lamentable.
De sábado a domingo, amanecimos con un robo mediante el sistema del forado o «topo», en pleno centro de la ciudad, calle Tacna, entre Ricardo Palma y Brasil. Una técnica que no es nueva, pero que de tanto en tanto nos agarra con la guardia baja. Los resultados, sin embargo siguen siendo lo mismo. Robo consumado, ladrones no identificados, mucho menos capturados y la policía intentando convencernos que están tras los pasos de los delincuentes.
La noche de lunes, al promediar las 10:30, nuevamente se registró un incendio, que dejó en cenizas dos viviendas en la cuadra 14 de Brasil. Y como para no perder la costumbre, la falta de agua para combatir el fuego fue el mayor obstáculo que tuvieron los bomberos. Por eso estuvieron acarreando en una pequeña cisterna el líquido desde la misma planta de Sedaloreto. Tres horas les tomó controlar las llamas. ¡Ojo! Ayer se registró otro siniestro.
El martes, la alerta vino de varios frentes. A eso de las 9:00 de la mañana un amago de incendio, sí, otro más; y también un asalto a mano armada en calle 2 de Mayo con Grau. Por si esto les parece poco, el laberinto estaba a la orden del día en la zona de la Feria de Belén, donde el tránsito se vuelve pesado e inmanejable durante varias horas del día, e irá en aumento a medida que lleguemos a la Navidad y Año Nuevo.
Mención aparte merece lo ocurrido en las largas colas del Banco de la Nación, donde a primeras horas de la mañana se alertaron desmayos de varias personas. Mujeres, niños y adultos mayores, que desde la madrugada estaban en la fila para poder cobrar el sueldo o pensión, más el aguinaldo, correspondiente a diciembre. Por poco no sucede una tragedia en las diversas agencias, todo porque no son capaces de tomar las debidas medidas de prevención ante la demanda de todos los años por esta época de los miles de usuarios. Es, por decir lo menos, tremendamente irresponsable por parte de los directivos de la entidad financiera.
Una situación a todas luces que nos deja ante los ojos de propios y extraños como una ciudad insegura, desordenada y ganada por la informalidad. Gracias a la apatía de varias autoridades.
En las emergencias atendidas por los bomberos en viviendas donde el fuego consumió todo, dejando prácticamente con lo que llevaban puesto a los afectados, se presume que fue debido a corto circuitos, aunque no se descarta el descuido de menores de edad jugando con fósforos en medio de materiales inflamables. Lo cierto es que los incendios se presentan en zona urbana y preocupa que en las viviendas consumidas por las llamas las redes e instalaciones eléctricas domesticas tienen arriba de 30 años de antigüedad, con el agravante que actualmente se usan muchos más artefactos y equipos eléctricos. Es decir se recargan demasiado los tomacorrientes.
Los hechos delictivos se incrementan en el último mes del año, sumado a las limitaciones de la policía en su lucha contra los robos y asaltos, está la imprudencia y temeridad de las personas en retirar fuertes cantidades de dinero de las entidades bancarias. Los delincuentes han demostrado, una vez más su peligrosidad asaltando con armas de fuego, lo que constató la policía al encontrar una cacerina en el lugar del crimen, la quinta cuadra de Dos de Mayo, a plena luz del día. Fueron cuatro los asaltantes que huyeron a bordo de dos motocicletas. Lo extraño es que la víctima, no puso la denuncia respectiva, por lo tanto su identidad era desconocida. Eso dificulta la labor policial para esclarecer el hecho.
El cerrar las calles, un año más, para realizar una feria navideña sin ninguna certificación o aval de seguridad. Tan solo porque responde al capricho o cálculo político de un alcalde candidato. Más el caos vehicular que se forma en varias cuadras de calles que de por sí son muy transitables ya que están alrededor del mercado de Belén. Esto obliga a que por quince días se desvíe el pase de vehículos. Y si a esto le sumamos el mal estado de las vías y la acumulación de basura, el problema es mucho más grave de lo que los ojos de la autoridad pueden ver.
Las autoridades tienen que estar en permanente alerta por todo lo señalado, pero la población debe poner de su parte, para tomar las debidas medidas de precaución y evitar posibles situaciones que pueden darle un vuelco de 180 grados a lo que vienen planificando para las fiestas pascuas y Año Nuevo. Así como están las cosas la tragedia está a medio paso de la felicidad. Y no exageramos.