Desalojen a la mafia de la FPF
– Secundados por el entrenador, jugadores y comechados
No sé por qué aún se escandalizan algunos periodistas o cierta afición cuando se quiere sacar de cuajo al presidente de la Federación Peruana de Futbol FPF, Manuel Burga, a su entrenador y socio Sergio Markarian y la mayoría de jugadores que; o ya cumplieron un ciclo de juego o su sola presencia genera un daño terrible en la aparición de nuevos valores y el espíritu que debería tener vestirse la camiseta que representa una nación.
Por más que los argumentos sean técnicos – legales- en cuanto a la condición de privada la FPF y los dineros que se genera a través de este deporte, la representación, el emblema nacional y las ilusiones de todo un país deberían tener un correlato con una mea culpa de esta cuasi mafia y si éste no se observa entonces debería actuarse de igual manera para traerse abajo este grupo que por más de 30 años posterga los sueños de varias generaciones que viven pensando que el fracaso en el futbol es natural, heredado y un designio de los Dioses con el Perú.
A Manuel Burga lo eligen los comechados – delegados – que representan los mediocres equipos del descentralizado. Un número menor en comparación con el otro factor que son los presidentes de las ligas departamentales donde Burga es un gamonal con látigo en una mano y dinero en la otra. Al interior de los equipos de primera suelen aparecer voces discordantes y tenues uniones en favor de una remoción del hombre más repudiado del país, pero estas se disuelven pues es más fácil comprar a siete u ocho que harían una mayoría en una eventual votación desde los caprichos provincianos como suelen ser los viajecitos, el hotelito, las flacas o las comisiones pendejas.
En realidad, la voz más crítica contra Burga, aunque suele irónico, ha venido de la familia Pizarro. A veces el jugador, a veces el “oportuno” padre con aspiraciones dirigenciales. Sin embargo, a raíz de esa deuda futbolística descarada que coronó Claudio Pizarro en esta última eliminatoria (6 goles en diez años), parece que se le vino la nostalgia y ahora resulta que ha pedido a Markarián como entrenador o responsable técnico (la misma chola con diferente disfraz) y por ende se entiende que de la crítica eventual ahora pasará a ser el portavoz de Burga. Es decir, el círculo de la mafia se cerró.
Hace tiempo que un gran sector de la prensa deportiva se echó con este mandamás. Con el cuento de que en el proceso de clasificación todos somos un puño y luego vendrán los reproches o sanciones o que el futbol peruano por naturaleza es malo y mediocre y el entrenador y dirigentes no pueden hacer más que soñar ir a un mundial metiéndoles motivación, nos han venido dorando la píldora – año tras año- . Otra anestesia es esta excusa del bio-tipo pequeño, de la carencia de profesores de educación física, de la pobreza alimenticia y una serie de laberintos y culpables para esconder la podredumbre que encierra el futbol nacional y a los verdaderos titiriteros de todo el estiércol del futbol.
Por eso, ahora que nuevamente se amenaza con judicializar a Burga, quitarles la Videna o intervenir las departamentales, salen con el mismo argumento de las sanciones FIFA para arrinconar a los que osen tocar la cúspide de la pirámide fascinerosa y aparecen los defensores del estado de derecho internacional y de los capitales privados, camuflados con las más viles camisetas de periodismo deportivo a vendernos este cuento tan antiguo como nuestra ilusión de ir a un mundial. Si no se va a tocar a esta plaga de dirigentes nacionales, al menos los departamentales son la estrategia para retirar a Burga y compañía. Utilizando los mismos caramelos que suele utilizar para comprar sus conciencias y su miserable voto, de una vez por todas se imponga la mano dura y se remueva a todos los que se han jugado otra vez contra un país: dirigentes, entrenador y jugadores. Qué se vayan todos.
Lea www.federicoabril.blogspot.com
Siii, para que Yvan Vasquez tambien se largue de las divisiones menores. Ladrón.
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