Por Filiberto Cueva
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Mi desodorante preferido lleva por nombre “Depende del azul del cielo”. También tiene la versión “Depende de los sentidos”. Dando a entender que su fragancia depende de la intensidad del azul y de la fortaleza de los sentidos.

Durante meses, he creído que “depende” solo aplica a mi marca de desodorante preferido, y que “tibio” solo se el café. Pero parece ser que la posibilidad de cerrar el “Congreso” ha sido también un depende.

Pero parece que el presidente sentó cabeza y pensó en: si el ministro de educación tiene que irse, que así sea. Puesto que todos somos importantes, pero nadie es indispensable.

La opción de cerrar el congreso para enfrentar a 73 congresistas no era de lejos la más acertada. Aun cuando muchos lo pedían, es que como digo “depende”.  Pero de cerrarse el Congreso, esos 73 podrían multiplicarse en 100, y entonces, la política peruana se teñiría de color de hormiga.

El Perú de estos años, no es el mismo de los años 90. Actualmente tenemos una elite profesional formada en las mejores universidades del Perú y el mundo, que mayoritariamente de desempeñan en la actividad privada, por supuesto, porque ganan más dinero, que en la administración pública.

Con lo que quiero decir, que cada 2000 mil años no nace un buen ministro de educación. Si talento hay, y “PPK lo sabe”.

Hace solo unas semanas, una amiga que padece de una enfermedad en los huesos fue ingresada en un hospital en Berlín. Luego de las revisiones la dieron de alta. Tan pronto como pudo, me escribió para decirme, me ha atendido un médico peruano. Yo estaba adolorida y encima decía, tener que comunicarme en alemán. Para su sorpresa, el médico que la atendió era peruano, de la San Marcos, según me cuentan.

Preguntarnos que hace ese médico de San Marcos en un hospital de Berlín y no en uno de Lima, trae la respuesta casi de inmediato. Quiere entonces decir, que el talento existe. Que el talento está. Que cada 2000 años no nace un salvador (esto no hace referencia a cuestiones de fe).

Un alto porcentaje de empresas peruanas están siendo gerenciadas por gerentes de menos de 40 años. Y entre las empresas se están peleando por quién y cómo atraer a tal o nuevo gerente. Nuestra nueva elite profesional, habla 02 idiomas, ha recorrido varios países del mundo y es capaz de comparar realidad en varios planos y escalas.

Por supuesto son solo una elite. Queremos que cada vez sean más y más los jóvenes que integren esa elite o que, mejor dicho, esa elite desaparezca, porque no estando, podría significar que el acceso al conocimiento nos igualó a todos.