Democracia de las sombras
El trasvase de un régimen dictatorial a un régimen democrático es un proceso largo, de meandros, lleno de berrocales y que nunca acaba. Está o debe estar en permanente movimiento, de rehacerse, de reinventarse. En el caso de la democracia española la transición que tanto se vanagloria fue una transición muy atada, de a pocos – recordemos la ley de impunidad pactada por los grupos políticos ante el pasado lúgubre del franquismo. Pero esta transición en lugar de ir poco a poco transformándose como mandaban los tiempos se quedó congelada, no fue más allá, se envileció y tuvo los achaques de viejo a pesar de su juventud. Creyeron que con los Pactos de la Moncloa y otras leyes eran suficientes. La realidad ha dicho que no. El franquismo generó enclaves autoritarios y los políticos estaban muy cómodos en esos islotes y no quisieron cambiarlo, para qué si funciona. Lo cierto es que la realidad les ha dado un puñetazo en la cara. Uno de esos ejemplos ha sido los partidos políticos. Considerados como el pilar de la democracia y la opacidad, es uno de sus lemas. Están llenos de privilegios y sinecuras. Ellos nominan a personas en diferentes instituciones, y la sociedad civil no tiene un resquicio de participación en estas elecciones. Más bien llevan agua para su molino como financiar fundaciones que ellas mismos crean y dilapidan el erario público sin rendir cuentas a nadie [en esto el partido conservador y el partido socialista obrero español han bebido de las mismas aguas infectas y en complicidad manifiesta]. El bipartidismo y los residuos, los partidos nacionalistas no han funcionado. Han encallado. Y se puede observar en los actuales casos de corrupción. Una persona que ha sido tesorero de un partido y acumule 22 millones de euros en Suiza, y las aritméticas no sale a cuenta. Igual situación pasa con personas que han estado alrededor de la Casa Real, están metidos en chanchullos tremendos. Así no. Esta democracia necesita un saneamiento y evicción muy profunda porqué los malos olores empiezan a aflorar.
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