COLUMNA: PIEDRA DE SOL

                                                                                         

   Por: Gerald  Rodríguez. N

 

De lo que no podemos tener duda, y no es que me muestre sentimentalmente anarquista, es que en la política de nuestros días, con nuestro políticos inflando cada campaña, cada promesa incumplible, no muestran una garantía de que la gobernabilidad que se han de ganar con los votos prestados, obligados desde una obligación, más que ciudadana de culpa inconsciente, ha de ser una garantía de cambio, de varadera reforma, desde la política nacional y regional, hasta la económica, social, cultural y educativa.

No olvidemos de lo que pasó en las pasadas elecciones regionales en Loreto, ahora la ciudad es todo un silencio. Meléndez debe estar buscando salir del laberinto ya que no encuentra la pobreza que prometió eliminar y la gobernabilidad estratégica a corto y largo plazo que prometió desarrollar. Está solo, esperando que el canon mejore, y se sienta a ver cómo el tiempo pasa, buscando formas de mantenerse en el poder posterior. Sus promesas, un engaño; sueños que jugó con la esperanza de los pobres. Dice que no hay dinero, es como decir que el laberinto gubernamental está decaído, abierto, para que no haya logrado aplacar las necesidades básicas con lo que se valió, para que lo eligieran gobernador, y que ahora representa todos los desmanes que nos trae el retraso gubernamental y la  pobreza que no lo sabe cómo mejorar. Solo estrategia de palabras, discurso domingueros, nada que ver con solucionar los problemas que nos siguen afectando. La pobreza no se elimina solo creando sendas infraestructuras, ni dando sobrecitos nutricionales, la pobreza es otra cosa, y la gobernabilidad es un laberinto en que se ha metido, para solucionar los problemas básicos y principales que no nos deja avanzar.

Ante este panorama catastrófico, nada profesional en el ámbito regional, ahora nos visionamos al ámbito nacional, a las ligas mayores, al pez gordo que busca lograr declarase como el presidente del bicentenario, sin nada a la mira, sin nada de la cual nos podamos sentir orgullosos. Qué celebrar, si nada se hizo. Último en educación y en las pruebas internacionales; punteamos los primeros lugares en falsificación de dinero, en delincuencia organizada, en comercialización de coca, en maltrato familiar. Dicen que somos el país que crece anualmente en materia económica y que somos seguros para las inversiones extranjeras, por la estabilidad democrática y gubernamental, pero seguimos viendo la pobreza a cada paso que damos, nuestra educación básica y universitaria son pésimas, y sin llegar todavía a pelearse los votos que declarará un ganador, ya se lo quieren tumbar a la Sunedu. La calidad para gobernar y solucionar los problemas del  país, no va con quienes quieren gobernar, candidatos bambas, peruanos bambas, con doble nacionalidad, discurso bambas o plagiados, y por supuesto, el gobierno que llegue a direccionar el país, también, seguramente, será bamba. ¿Qué es el Perú? ¿Acaso merecemos esto?