El 3 de junio de 1990 será de terna recordación para este articulista. Más importante que el 10 de junio de ese año que, para los fujimoristas de esos tiempos, que luego fueron aumentando, es el día en que ganaron en segunda vuelta al escritor Mario Vargas Llosa que, luego de la primera vuelta, emprendió una campaña con desánino total.
Ese domingo de junio llegaba desde Pucallpa con la ya desaparecida “Olivetti”, que fue un obsequio indirecto paterno para ese joven que se empeñaba en escribir todo lo que se le ocurría. Ese día se realizó el debate presidencial y en el que fue moderador un periodista que luego se convertiría en contertulio intermitente ya sea por cuestiones políticas como periodísticas: Guido Lombardi Elías. Aterricé en el aeropuerto de Iquitos y desde la explanada ya se hablaba sobre quién había ganado el debate. Para unos ganó el ingeniero desconocido. Para otros el laureado escritor. Pero la derrota o victoria de uno y otro no habría de determinar el resultado final de las elecciones: el triunfo del ingeniero. Como así fue, una semana después.
Por esos días post debate se produjo un duro combate en los medios nacionales y locales. Claro, nada parecido a las barbaridades que se pronuncian en la radio y televisión de estos tiempos. Pero ese combate era entre las huestes del FREDEMO –que para ese tiempo ya tenía como Alcalde de Maynas al acciopopulista Silfo Alván del Castillo- y toda la izquierda y, para variar, el aprismo que se empeñaba en impedir la llegada de “la derecha” sin imaginarse que sus aliados una vez llegados al poder emprenderían una persecución hacia el expresidente Alan García que terminaría con el exilio de éste después del autogolpe del 5 de abril.
Mi viaje coincidía con la conclusión de mis estudios universitarios y me aprestaba a iniciar un recorrido profesional que nada hacía presagiar sería tan turbulento como gratificante, tonificante y maravilloso. Pero ya para entonces hacía mis pinitos en lo que se ha dado en llamar periodismo de opinión en el diario “El matutino” que dirigía el profesor Venancio Perea Bardales, gracias a una petición del también escritor y pariente Antonio Vásquez Vásquez. En medio de ese combate mediático entre quienes decían que se debía votar por Alberto Fujimori o por Mario Vargas Llosa, recuerdo que escribí un artículo titulado “Hay una tercera opción”, donde explicaba que entre ambos candidatos el elector podía votar en blanco o viciar su voto. Fue el primer artículo que me censuraron con explicaciones habituales a toda censura. Hoy, 26 años después, acudiremos a las urnas por la segunda vuelta y creo que hay una tercera opción. No sé si escriba sobre el tema. Pero si así fuera estoy seguro que no recibiría ninguna censura porque, a diferencia de esos años, soy propietario de un medio escrito y también de mis opiniones y si de algo puedo sentir orgullo es que siempre he respetado la opinión contraria como haciendo honor al nombre de este diario. Porque el debate es parte del combate.
LLAMADA Por esos días post debate se produjo un duro combate en los medios nacionales y locales. Claro, nada parecido a las barbaridades que se pronuncian en la radio y televisión de estos tiempos. Pero ese combate era entre las huestes del FREDEMO –que para ese tiempo ya tenía como Alcalde de Maynas al acciopopulista Silfo Alván del Castillo- y toda la izquierda y, para variar, el aprismo que se empeñaba en impedir la llegada de “la derecha” sin imaginarse que sus aliados una vez llegados al poder emprenderían una persecución hacia el expresidente Alan García que terminaría con el exilio de éste después del autogolpe del 5 de abril.