Cuando uno observa lo descuidada que esta la Casa de Fierro en Iquitos, simplemente nos dan ganas de desarmarla y arrancarla de ese lugar en pleno centro de la ciudad. Porque es parte de la historia de esta ciudad que acaba de cumplir sus 152 años, pero que aún no aprende a cuidar sus herencias del pasado. Por eso cuando encontramos esta imagen, no solo nos asombra la destreza y el arte de este hombre sino que sentimos que nuestro deseo se hace realidad. Que así de ese tamaño a escala la podemos cuidar.
