Los llamados “Jumbos”, “Ómnibus” o colectivos en Iquitos son uno de los vehículos motorizados más emblemáticos y conocidos en nuestra ciudad. Estos ómnibus, fruto del ingenio y ganas de trabajar de los loretanos, realmente son muy pintorescos por su estilo y creación. Lo curioso es su manufactura, ya que son construidos de manera artesanal, a partir de camiones de carga en su mayoría de la marca Hyundai HD-65, a los que se les cambia la carrocería y son bien acondicionados para transportar pasajeros; estos sufren una transformación muy creativa con base de armazones de madera recubiertos con zinc liso, de piel metálica, piso y techo de madera y asientos de fierro semi-acolchados, se nota en su interior sillas de madera sin confort alguno, pero que usualmente son buscadas como premio de lotería por sus pasajeros, ya que al tener capacidad para trasladar solo a 40 pasajeros, la mitad va sentado dormitando.
Los pasajeros suelen mitigar el calor con el aire natural que ingresa por sus amplias ventanas, pues por su estructura no cuenta con aire acondicionado, pero su ingeniosa carrocería hace que la ventilación natural sea abundante. Otra curiosa habilidad de su creador (Sr. Samuel Pezo), también se ve reflejada en sus ventanas, hechas de marco de madera y vidrio sin manubrios, cuya forma de levantarlas para no dejarse mojar por la lluvia es manual. Estos colectivos son la modalidad más económica de transporte existente en nuestra ciudad, sus choferes convertidos en toda una leyenda viva del volante, comienzan a transitar por nuestras calles muy de madrugada; desplazándose lento a vista y paciencia de sus pasajeros quienes los esperan impacientemente, abordando solo quienes pueden o tienen suerte sobre todo en las horas punta; viajar en ellos en Iquitos es una experiencia única. La tarifa es de S/. 1,50 por persona en toda la ciudad hasta el Terminal (km 2.5 de la carretera Iquitos-Nauta). Entre el terminal y el km 9 (paradero Los Delfines) de la carretera la tarifa es de S/. 2,50 por persona. Recordemos que en enero último el pasaje subió 50%. Los usuarios de transporte público de Iquitos fueron sorprendidos con la noticia por incremento en el precio del pasaje urbano. Aunque los propietarios manifestaron que ellos no alzaron el pasaje por el tema de la eliminación del reintegro tributario, se vieron obligados a hacerlo porque dicen que subieron los repuestos automotrices, la gasolina, las llantas entre otras cosas más. ¡HABRÁ QUIEN LES CREA!
Es innegable la importancia del transporte público de la ciudad de Iquitos para la movilidad de habitantes de esta urbe, no obstante, estos servicios tienen diferentes problemas que resultan en una movilidad pública de baja calidad. Desde un punto de vista económico, hay dos causas para ello: los incentivos perversos generados por las concesiones individuales otorgadas a los llamados “Jumbos” o “Ómnibus” y los altos costos asociados que obstaculizan su eficiente funcionamiento. Desde un punto de vista normativo la falta de mecanismos de coordinación entre diferentes instancias del gobierno municipal contribuye a la baja calidad de los servicios.
Primero, los microbuses no funcionan como una red de transportes. Cada ruta se encuentra compuesta por un grupo de concesionarios individuales que no funcionan como una empresa. Esto provoca que cada ruta esté compuesta por empresas más pequeñas, constituidas por hombres-ómnibus o personas dueñas de varios microbuses. La manera en que se organizan se define al interior de cada ruta, pero esto excluye las ganancias, pues cada “Jumbo” las recolectan para beneficio de su dueño o chofer, y son producto del pasaje recolectado.
El resultado de lo anterior es una estructura institucional que genera un incentivo económico perverso que impide dar un servicio de calidad. En otras palabras, los microbuseros compiten al interior de la ruta y con otras ruta por el pasaje, lo que crea comportamientos distantes de un servicio de calidad: realizan paradas para ascenso y descenso de manera continua y aleatoria; viajan lentamente para captar el mayor pasaje posible; realizan carreras por el pasaje cuando otro microbús aparece; se mantienen en marcha lenta hasta que el transporte se encuentra saturado para maximizar su beneficio sin importar cuantos microbuses se encuentren en fila; dejan de circular muchas unidades en horas o días con poco pasaje; duplican rutas de otros medios de transporte públicos, entre otros comportamientos. Estos comportamientos, probablemente son amplificados para incrementar la utilidad de los propietarios de estos singulares vehículos.
Desde hace un poco más de 20 años los ómnibus vienen perdiendo terreno por el mal servicio, por su irregular frecuencia y por el abuso contra el usuario. Ahora, la mayor parte de personas elige el mototaxi. Es importante preguntarse ¿hacia dónde vamos si las cosas siguen así? La respuesta es que Iquitos es una ciudad de mototaxistas, motos lineales y autos pequeños. Es como si cada poblador tuviera un vehículo pequeño para él. Y eso es más caótico, congestiona más, contamina más. Soy de la opinión que las personas preferirán los buses modernos si es que tienen una frecuencia adecuada, además por la seguridad que representa, a comparación de las motos lineales que se accidentan y algunos mototaxis que asaltan. Las autoridades de nuestra ciudad tienen miedo de afrontar el problema del transporte, pero hay experiencias que demuestran que quienes toman el toro por las astas, a largo plazo reciben grandes beneficios políticos porque la ciudadanía sabe valorar ese esfuerzo.
Con mucho pesar puedo decir que cada día nuestro querido Iquitos está peor, la contaminación sonora, motocarristas imprudentes y ómnibus destartalados completan el panorama. Es tiempo ya de modernizar el transporte de pasajeros, urbano en nuestra ciudad, ello debe ser un imperativo. Nuestros jirones, calles, avenidas y pasajes, provisionalmente en estado calamitoso, deben prontamente ser, recorridas por buses metálicos, con choferes y cobradores adecuadamente vestidos, que den trato respetuoso a los sufridos usuarios. Al margen deberán integrarlos a la planilla y otorgarles todos los beneficios de ley como seguro médico, vacaciones, CTS, etc. Debidamente complementado con capacitar con charlas sobre seguridad vial y atención al cliente; a los conductores y cobradores, así como a los empresarios y propietarios de vehículos.