Primero, matemos a los abogados.
William Shakespeare
Miguel DONAYRE PINEDO
El ejercicio del Derecho no debería ser un ejercicio cualquiera. Los abogados y abogadas se enfrentan a valores más que a simples casos judiciales. Está de por medio el valor justicia. La aplicación de la ley y la administración de la justicia requieren de operadores jurídicos, hombres o mujeres, sensibles a problemas, a situaciones del pueblo porque se administra justicia en nombre de él. La sensibilidad requiere ese ejercicio y destreza de ponerse en el pellejo del otro, es lo que la filósofa norteamericana, Martha Nussbaum, llama de justicia poética. La aplicación de la ley no pasa por ser una fría y calculada aplicación de esta [vamos, una leguleyada sin más]. El operador legal debería sopesar la ley, la justicia y sus repercusiones. En el caso judicial reciente, cuya víctima es una menor, se demuestra que somos una sociedad que está alejada de los valores de justicia, de solidaridad, del interés superior del niño o niña. Es una comunidad donde reina la falsa solidaridad de gremio, de la aplicación chata de la ley. Se premia al pendejo y se castiga al indefenso. Como sociedad hemos cruzado las líneas rojas. Recordemos que la víctima, una niña, esta en situación de indefensión.