El cultivo de algodón en Piura enfrenta un futuro incierto ante la amenaza de una nueva crisis hídrica y la falta de apoyo económico a los pequeños agricultores, alertan expertos y dirigentes agrarios. La situación pone en riesgo la producción de quienes dependen de este sector tradicional de la región.

Emilio Ruesta, expresidente de la Junta de Usuarios del Medio y Bajo Piura, advirtió que la escasez de agua proyectada para finales de 2025 y 2026, sumada a la insuficiente infraestructura y a la ausencia de incentivos, limita la capacidad de la región para mantener o aumentar la superficie cultivada.

«Es preocupante que ya se haya anunciado un posible año seco, porque no se ha hecho nada en la repotenciación y perforación de pozos. Los reservorios ofrecidos por el ministro (…) nos dejan en las mismas condiciones que nos encontró la sequía pasada», señaló.

La situación se agrava por la reducción de la superficie cultivada: de más de 10,000 hectáreas, hoy apenas se siembran poco más de 2,000. Esta disminución obliga a los agricultores a vender su algodón a precios más bajos, debido a la falta de respaldo de instituciones como Agrobanco, el Gobierno Regional e incluso el Ministerio de Agricultura.

«Nos ofrecen pagar un precio de 250 soles por quintal y, al momento de la comercialización, nos pagan 170. Cada año nos exigen sembrar, pero al final sembramos nosotros y, al momento de la cosecha, nadie se acerca», denunció Ruesta.

El dirigente advirtió que, ante la desatención de las autoridades, muchos agricultores podrían abandonar la siembra de algodón, optando por cultivos más rentables como el arroz.

«Con estas actitudes de las autoridades es difícil; mejor apostamos por el arroz, donde tenemos más posibilidades. Por eso pedimos que se incentive el cultivo de algodón y no ser engañados como este año», agregó.

La falta de respaldo institucional y los bajos precios amenazan la continuidad de este cultivo emblemático, afectando no solo la economía de los pequeños agricultores, sino también la producción de un recurso histórico de la región.

«Si no hay apoyo real de las instituciones y se sigue pagando menos de lo acordado, los agricultores no podrán mantener el cultivo de algodón. Esperemos que este próximo año no nos abandonen al momento de la cosecha», concluyó Ruesta.

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