Columnista Invitado
Escribe: Lewis Ríos Aro
Sentado sobre la mesa de almorzar, a Ramírez se le ocurre preguntarle a su papá por que el viernes 16 pasado le dijo que ser político, era ser una persona de mierda, la verdad es que Ramírez no quería comer el coliflor y para intentar distraer la tensión puesta en él y con el hecho de no comer cualquier verdura armaría charla a su papá.
- ¡He! Papi, explícame eso que ser político es ser una persona de mierda – la madre de Ramírez lo mira y le dice con mucha molestia e incomodada – Estamos comiendo, por favor – a ello su padre le centra la mirada y le responde, cogiéndose el mentón.
- Es que eso son en sí, mira las noticias cada vez vamos de mal en peor, la Adelita y la basura, El Mueléndez y sus pagos exagerados a sus funcionarios amigos de primera línea, El Richar y su Betiuska, Pancho ni se escucha y Eulen es una loca.
- Pero papá eso no explica porque son una persona de… “eso” – le respondí incrédulamente.
- Hijo, es que la política es cosa del diablo, cuando entras ahí te conviertes en una persona que solo va por plata y todos esos que ha nombrado tú papá son personas ambiciosas que solo quieren plata – interrumpió la mamá de Ramírez, con la mano en la pierna de pollo a punto de ser embocada.
- Claro, todos esos no son más que ladrones – señala el papá de Ramírez con mucho énfasis.
Hasta ese momento Ramírez resolvía la definición del adjetivo puesto a los políticos por parte de su padre en una ecuación mental bastante interesante:
Político = Persona de Mierda = Ladrón, ambicioso que solo quiere plata.
Continuará.