Contra la homofobia
Hace poco se celebró en el mundo el día contra la homofobia, ojalá surta efecto esa vacuna a favor de la tolerancia. En un diario salieron historias de vida relatadas por sus protagonistas sobre la violencia, el acoso y la brutalidad contra ellos por tener una opción sexual diferente. Casi todos eran varones que por ser homosexuales sufrieron en carne propia la violencia de la cárcel, de la calle, de la sociedad. Que por cualquier motivo terminaban en la cárcel solo por ser homosexuales. Un horror. Un infierno. Una barbaridad que tratemos así a personas humanas. Lo peor que muchos de sus carceleros eran los que los violaban y presumían de machos de pelo en pecho ante el resto. La historia que no se contó o al menos no salió a la luz en esos racimos de historias fueron las historias contadas por mujeres, que también sufrieron la hostilidad de propios y extraños por sus preferencias sexuales. La marimacho del barrio eran las frases para denostarlas. Creo que sin un testimonio de ellas esta cartografía sería más completa. Leía que un dirigente de izquierda por ir a defender a unos detenidos homosexuales sufrió el escarnio de chiste fácil de los patas que también eran de izquierdas [la homofobia o el machismo no es solo patrimonio de los conservadores, los de izquierdas son peores porque van con la máscara de progres y son unos tremendos carcamales] ¿Cómo si esas personas no tuvieran derechos? ¿Acaso son unos parias? En este diario en una de sus columnas se deslizó la posibilidad que el frente patriótico, u otro movimiento social, deberían incorporar la voz de este grupo de la población que son afectados en sus derechos; no me pareció mala idea y sería un punto a favor por una ciudad de todos [idea de tufo agustiniano]. Debemos ensanchar el mundo y ese puede ser un paso.
Oiga señor comentarista… no existe opción sexual. Los seres humanos nacen: hombres o mujeres.
No pretenda que en el Perú haya una respuesta igual o idéntica a los países desarrollados. Lo que sucede acá es un tema de cultura.
Sea realista, muchas cosas en el Perú no se dan porque no hemos aprendido a ser ciudadanos.
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