El perdón consiste básicamente en aceptar. Aceptar las situaciones que te hicieron daño y dejar de desear que hubieran sido de otra manera, o de sufrir porque no puedes dejar de pensar que lo que ocurrió fue injusto.
Aceptar tu dolor y tus emociones de ira o tristeza, sin pretender cambiarlas o aplacarlas, sin juzgarte ni condenarte a ti misma. Aceptar que todo eso ya pertenece al pasado y que aunque fuera injusto y doloroso no es excusa para aferrarte al sufrimiento. Aceptar, por último, que el proceso del perdón puede ser lento, doloroso y circular.
Estos pasos te ayudarán a poner en práctica el perdón si sientes que necesitas liberarte de las cargas del pasado:
-Ponte de tu parte. El perdón empieza por uno mismo. Acepta rencores acumulados, sentimientos de culpa y vergüenza, pensamientos de “debería haber hecho”… Es hora de liberarte de todo ese peso, dándote cuenta de que mirar al pasado para decirte que tendrías que haber actuado de otra manera no sirve de nada. Compréndete a ti misma, recordando que en cada momento haces lo que puedes con el conocimiento y el nivel de conciencia que tienes.
-Escribe. En las terapias sobre el perdón se suele aconsejar expresar los sentimientos por escrito. Es una forma excelente de liberar la ira, la confusión o los remordimientos. No tienes por qué compartirlo con nadie, ya que puedes escribir en tu diario o redactar una carta que ni siquiera tienes que enviar a tu destinatario (aunque puede ser saludable hacerlo si sientes que quedaron asuntos pendientes entre los dos). Solo escribirla te hará sentirte mejor. Recuerda que la clave a la hora de practicar la escritura como terapia es no reprimirte ni censurarte en absoluto. Solo lo vas a leer tú. Por lo tanto, deja salir todo aquello que empaña tu interior.
-Reinvéntate. Cuando se trata de lidiar con las emociones, ayuda recurrir al simbolismo y la fuerza de los rituales o actos de psicomagias para echar de tu vida el recuerdo de una situación o persona que aún te pesa. Rompe fotos, cambia la decoración de tu dormitorio, recopila las escenas más dolorosas de tu pasado amoroso y conviértelas en una comedia. Se trata de quitarle peso al dolor sin entrar a analizarlo racionalmente y que te des cuenta de que ahora eres más fuerte de lo que pensabas y no estás condenada a cargar con el sufrimiento de por vida como si fuera una cadena.
-Acepta. Perdonar o pedir perdón son lecciones muy difíciles. No te fuerces a ti misma. Si sigues sintiendo dolor o rencor cuando piensas en una historia pasada, y esas emociones son todavía demasiado poderosas, acepta que aún no estás preparada para hacer borrón y cuenta nueva. Déjate a ti misma descansar y proponte abordar el asunto más adelante, cuando te encuentres más fuerte u optimista.