Entonces, rodeado de montones de papeles, de sesudos documentos, de supuestas pruebas contundentes, un alto funcionario del Municipio de San Juan se presentó en el programa televisivo Hora cero, de Raúl Celis López, para tratar de responder a la denuncia que publicó este diario sobre el caso de una consultoría desastrosa. Pero aunque bien pertrechado no pudo desmentirnos y aceptó, por ejemplo, que figuraba en ese estudio el nombre del lejano río Santa como tributario de algún río selvático que pasaba cerca del distrito. Ello bastaría para invalidar, en cualquier parte del mundo, un trabajo de esa magnitud y que se supone serio. Pero el funcionario insistió en que se trataba de un error de tipeo, de un desliz que se podía remediar. ¿Ello es posible realmente?
En su gallarda intervención dijo otras cosas que no vale la pena mencionar, porque es sabido que cada cocinero defiende su sazón, pero donde no podemos seguirle es cuando, casi al final de la citada entrevista, dijo, muy fresco de lengua y muy suelto de huesos, que habíamos publicado el caso porque estábamos embarcados en una cruzada oscura, una confabulación política para torpedear la imagen pública de la señora alcaldesa. Así como se lee. Entonces, para este funcionario de marras, nosotros quedamos como avezados conspiradores y tenaces manipuladores que inventamos delitos para cubrir de sombras a una gestión pública. Increíble. El recurso de evitar los hechos, de saltar con garrocha y convertirse en victimas, es viejo y trillado, es antiguo y matrero.
No, señor alto funcionario, no somos la bestia negra que usted inventa en su delirio, ni andamos buscando traer abajo a su patrona. De lo que publicamos tenemos pruebas y lo podemos sustentar. Otra es nuestra confabulación, nuestra cruzada. En esta región, donde el delito es una forma de gobierno, donde los presupuestos son mutilados, donde abundan elefantes blancos y obras fantasmas, donde se dilapida el dinero en estudios que nunca se aplican y otras lacras, es imperativo la denuncia como una defensa de los dineros públicos, de esas gentes que se hubieran beneficiado con esos proyectos. En esa confabulación, contra el delito, estamos con las limitaciones propias de la provincia, y no pensamos cambiar.