Los primeros síntomas de que tus pies requieren de humectación son las grietas en los talones y el aumento de piel.
Se recomienda usar con frecuencia cremas humectantes, ya que estas crean una capa sobre la piel que no permite se escape el agua y por consecuencia la piel se reseque.
En la zona de los talones se debe usar un humectante espeso varias veces al día que contribuye a mantener la suavidad y exfoliar la piel.
Sumergir los pies durante 20 minutos en agua tibia, además de usar una esponja vegetal y untar los talones con un ungüento a base de vaselina ayudará a mantenerlos hidratados.
Antes de acostarte debes usar cremas a base de vaselina en los pies y cubrirlos con calcetines para que la humectación sea total.