A simple vista, escoger la base de maquillaje correcta es una tarea fácil, pero puede resultar catastrófica al no hacerlo correctamente porque podemos terminar demasiado morenas, pálidas y hasta amarillas. Hoy en día hay tantas opciones que una ayudadita no está de más.
Para lograr un look natural y no vernos con una máscara puesta, la base de maquillaje se elige según el tono de piel que tenemos. Selecciona una con medio tono más claro que tu piel, pero si la tuya es muy clara, juega con las transparencias para evitar verte demasiado pálida.
La textura de la base va de acuerdo al propósito:
-Las más prácticas y fáciles de usar porque se aplican directamente sobre la cara, son las bases en barra. Estas permiten retocarte en todo momento al ser portátiles y fáciles de aplicar.
-Las bases líquidas son perfectas para un look natural porque no cubren mucho y permiten emparejar el color de tu piel. Las hidratantes ofrecen un efecto satinado y luminoso, y las mate atenúan las imperfecciones proporcionándote un efecto terso y suave.
-Las que son más espesas y cubren más, son las bases compactas, que ayudan a camuflar las imperfecciones de tu piel y te dan un efecto impecable como el terciopelo.
-Puedes utilizar las bases en crema como crema de día porque están enriquecidas con sustancias hidratantes y son fáciles de usar; el único inconveniente con este tipo de base es que cubre menos.
-Un último consejo a la hora de escoger una base de maquillaje es probarla antes de comprarla, pues así te aseguras que acertaste en el color y la textura. Aplícate un poco en la cara, nunca en la muñeca, ya que aunque existe esta creencia popular, definitivamente no tenemos el mismo color en la muñeca y en la cara.