Desde los dos años de edad un niño comienza a interactuar con otros niños de su edad y en sus juegos puede aprender a compartir con los demás.
A esta edad, un líder positivo es el que aprovecha su talento en beneficio de los demás y que a través de su forma de ser ayuda a los otros.
La capacidad de liderazgo se da especialmente en niños que son seguros de sí mismos y que han desarrollado un alto grado de tolerancia hacia la frustración. Además de niños que nacen líderes, el rol de la familia es clave. Un niño común puede volverse líder, y al revés, un niño con alto liderazgo en un entorno adverso puede dejar de ser líder.
Cómo educar a un niño líder:
– Enséñale a tener siempre presente a los demás.
– Hazle entender que a través de su capacidad de liderazgo, es posible ayudar a las personas que lo necesitan y servir al mismo tiempo a la sociedad.
– Motívalo a ayudar a los niños de su curso que lo están pasando mal o no tienen tantos amigos.
– Oriéntalo para que comparta su talento con los demás.
– Hazle ver las consecuencias positivas que pueden tener los buenos actos.
– Enséñale la importancia de la solidaridad.