«Niños, es hora de ir a la cama», ordena mamá. «Tan sólo 10 minutos más», responde papá. En el medio, los pequeños: «¿A quién le obedezco?», se preguntan, confundidos. Desde entonces, habrán aprendido una valiosa lección: si juegan bien sus cartas, pueden recurrir al padre y salirse con la suya.
La educación de los hijos es un desafío, y cada uno tiene su propio manual. Te contamos cómo encontrar un terreno común, ¡para evitar que se desate una crisis de pareja!
Efectos de contradecirse ante los hijos
Cuando los padres se objetan mutuamente delante de sus niños, les envían mensajes contradictorios, advirtió Claire Cook, profesora de estudios de desarrollo infantil y familiar, de la Universidad Estatal de Middle Tennessee. Como las directivas no son claras, los pequeños comenzarán a dudar acerca de lo que se espera de ellos.
Además, aprenderán que uno dirá «sí» y el otro «no», así que terminarán recurriendo al progenitor indulgente. Podrían, incluso, perder el respeto hacia uno de sus mayores, señaló la especialista. Es crucial, por todo esto, que los hijos vean que sus padres son un equipo.
Cuando los padres no están de acuerdo
Si no hay consenso entre los adultos, es casi imposible marcarles los límites a los niños, afirmó Allen Wagner, terapeuta familiar y matrimonial de Los Ángeles. Aunque es esperable que mamá y papá no estén de acuerdo el 100 por ciento del tiempo, si con frecuencia se contradicen, necesitarán dialogar acerca de sus expectativas y valores en relación con sus hijos.
Enfrentar desacuerdos
Llegar a un compromiso es necesario, y es parte de la crianza. Decidan qué clase de persona quieren que sean sus pequeños, y acuerden cuál es para ustedes la mejor manera de llegar hasta ahí, agregó Cook.
Para esto, la comunicación y paciencia serán claves. Al discutir sobre estos temas, procuren empezar por lo que su pareja está haciendo bien, para luego comentarle lo que querrían que cambiara. Finalicen con una sugerencia que los satisfaga a ambos, propuso la especialista. Escuchamos las críticas mejor cuando también nos reconocen lo que estamos haciendo bien. Fundamental: dejen de lado el deseo de «ganar» y consideren qué es lo mejor para sus hijos.