Charla de señitos
Gisela y una doñita se encontraron en una de sus visitas a esta ciudad, concretamente en la presentación de su libro. Fue tal la lora que se armó a la salida del hotel, que el chofer tuvo tiempo de bajarse de la camioneta e irse a comer un chupete. La Valcárcel disfrutó del diálogo con esta dama iquiteña.