Por: Alan García
Comparto con mis compañeros y amigos algunos datos
comparativos de los periodos 2006-2011 y 2011-2016, para que recuerden lo que su partido pudo hacer en favor de millones de peruanos. Son hechos que los adversarios no aceptan por emulación o envidia y que, a veces, los propios olvidan por tendencia a la depresión o el derrotismo. Pero son hechos reconocidos por todos los estudios y organismos.
Por ejemplo, que en 5 años la pobreza bajó 20 puntos (del 48% al 28% de todos los peruanos), en tanto que en el gobierno 2011-2016 apenas se redujo en 7 puntos, (del 28% al 21%). Eso permitió que la desnutrición infantil bajara de 28% a 19% (nueve puntos) mientras en el gobierno posterior solo bajó de 19% a 14.5% (cuatro puntos y medio).
Sin embargo, mientras en el gobierno aprista la anemia infantil bajó 15 puntos (de 56.8% a 41%), en el régimen posterior volvió a crecer hasta 43.5%. Y la mortalidad infantil, que en nuestro gobierno bajó de 21 a 16 por cada mil niños nacidos, solo bajó un punto en el gobierno siguiente, de 16 a 15%.
Todo esto, pese a que en el año 2011 dejamos el país creciendo al 8% en el primer semestre y con un ahorro disponible (Fondo de Estabilidad Fiscal) de 15,000 millones.
Porque entre el 2006 y el 2011 el país creció un promedio de 7.3% cada año que se redujo a 4.6% en el gobierno siguiente. Ocupados en el proyecto reeleccionista y en la destrucción de sus adversarios, entre los que me cuento, redujeron la velocidad del país y las obras ejecutadas.
No construyeron nada equiparable a la Interoceánica Sur con sus 2,500 kilómetros o a la Interoceánica Norte. Ni al Tren Eléctrico, el Estadio Nacional o la gran planta de agua potable de Huachipa. Palabras, agendas y odio fue lo fundamental de tal régimen. Frente a los 52 Colegios Emblemáticos, sólo 5, y nada como el Colegio Mayor. Frente a los 12,000 pueblos electrificados terminados y en ejecución, solo 7,500. Frente a los 39 hospitales en todo el país, solo 18, varios de los cuales aún en ejecución. Frente a las 11 obras terminadas de Agua Potable en Lima para un millón de ciudadanos, ninguna nueva comenzada.
El 2011, el país exportó 42,000 millones de dólares, hoy exporta 34,000. Se había firmado y comenzado Las Bambas, Toromocho, las ampliaciones de Cerro Verde y Southern. Nada más se firmó. Se había titulado 800,000 predios urbanos y rústicos, pero en los 5 años siguientes, sólo 355,000. Además, se detuvo la reforma educativa con sus evaluaciones y capacitación.
Finalmente, si nuestro gobierno les dejó las cuentas públicas con un superávit de 2%, ahora dejan tres años de déficit, más gasto público incrementado, reducción de ingresos, más delincuencia y desorden social.
Difícil tarea para el nuevo régimen que debe romper la inercia y, ojalá, superar las cifras y obras concretas del gobierno aprista. Por el bien del Perú.