[“AZUCENA MALDITA” COBRA MÁS VÍCTIMAS EN EL DÍA].

De igual forma se conoció que diversos motocarristas han visto la presencia de este ente – no sabemos si es maligno – pero que ha cautivado la atención de curiosos que convirtieron a este punto en un paradero oficial de visita.

El fantasma aterrador de la mujer en la carretera continúa cobrando más víctimas, la afamada “Azucena” según testimonios de nuevas víctimas es una verdad que debería ser investigada por expertos. Este hecho ha puesto en tela de juicio a propios y extraños, pues  señalan que la mujer también deambula en las mañanas a la espera de otras víctimas.

Según narró a Pro y Contra Carlos Rodríguez Teagua de 53 años, la tarde de ayer trasladó a dos jóvenes desde el sector de El Terminal hasta el kilómetro 15 y medio de la carretera Iquitos – Nauta y a su regreso se topó con una joven mujer que le solicitaba una carrera y debido a que iba a toda velocidad demoró en reaccionar. Lo que refiere el afectado es que al tercer llamado decidió volver por su camino y al voltear la muchacha ya no estaba en el punto donde inicialmente la había observado por lo que inmediatamente su cuerpo le empezó a temblar pero más fue su miedo que decidió llegar hasta su vivienda y contarles a sus familiares.

“Yo jamás pensé que me toparía con el alma de Azucena por lo que al notar que una guapa chica me llamaba para hacerle carrera pero esta se hallaba dentro del monte no le hice caso. Me pareció extraño todo lo que pasó pero ahora agradezco a dios que mi temor fue más grande que mi curiosidad y si me atrevía a llevarla tal vez otra era la historia. En verdad que estoy muy asustado y desde el momento que la vi estoy constantemente orando”, señaló el infortunado. Lo que refiere la víctima así como sus familiares es que de ahora en adelante no se atreverán a pasar por dicho sector – kilómetro 7 y medio de la referida vía – sector de Las Brisas debido al temor que sienten por volver a ver al fantasma más popular de la ciudad y cuya historia ha llamado la atención de medios nacionales y foráneos. (M. Lizarzaburu)

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