El decreto edil del 16 de julio de 1938, dado en la gestión del señor Manuel Saavedra Piñón, fue resucitado ayer por la comuna edil de Maynas. El mismo tiene carácter de urgente y obligatorio y es una medida tendiente a mejorar el ornato urbano, a incentivar la construcción con los llamados materiales nobles y, fundamentalmente, a evitar la voraz labor de los incendios que de vez en cuando afectan la hermosa ubre orillera. El decreto prohíbe la construcción de casas con los techos de palma y se supone que de aquí a poco Iquitos tendrá casas con techos más seguros.
Pero, de acuerdo a nuestras fuentes confiables y fidedignas, la cosa no es tan sencilla. Puesto que hace tiempo, en 1867, cuando ocurrió el primer siniestro en la ciudad, tragedia que arrasó parejo con oficinas estatales y propiedades privadas y cuyas pérdidas ascendieron a 50 mil pesos, el señor Federico Alzamora bajó los precios de las tejas y ladrillos para que los pobladores dejaran la hoja de palma de los techos y el barro de los cercos. Pero la medida no dio resultado y no desaparecieron las casas precarias.
La única salida que los expertos arquitectos, consultados por este cronista, han encontrado es que se expida un decreto edil para la construcción de casas sin techo. De esa manera los insidiosos incendios no podrán avanzar de casa en casa y se convertirán en cenizas de las edades perdidas.