Casa tomada
El título del cuento del finado Julio Cortázar se puede aplicar con ligeras variantes de forma y no de contenido al inmueble en construcción que la olla de grillos, más conocida como municipio de Maynas, ha entregado a una universidad local que no tiene local propio, ni un triste snak propio donde tomarse unas aguas. O unas colas. El asunto es por lo menos inquietante. Es un decir. Esa casa entregada entre gallinas y madrugada, en secreto y ante ningún testigo, no sabemos si en sesión de uso, de usufructo, de champazo, de buena voluntad o como adelanto por un ingreso por la puerta falsa a estudiar, está en plena construcción y cuenta con apoyo financiero de Italia.
La casa en cuestión queda en la antigua calle mariscal Cáceres, hoy avenida de los Héroes. Cualquier cosa se puede pensar de esa extraña donación, regalo o simple entrega de un inmueble que tiene el membrete de Casa de la Amistad. Porque no hay información oficial, legal, con cláusulas y acuerdos mutuos. Desde el mes de junio personas interesadas en el asunto, hacen lo posible por conocer los términos de ese traspaso. No se oye padre, es la respuesta como si ese inmueble fuera propiedad de algún funcionario edil. ¿La contraparte, es decir los italianos, estuvo de acuerdo en esa operación y de buena gana entregó las llaves de esa casa a esa universidad sin un triste salón propio?
La casa regalada por los señores ediles de Maynas y tomada a dos manos y varias mandíbulas por los señores de la flotante universidad Alas Peruanas, no puede quedar en el silencio como respuesta, en la suspicacia como única explicación del hecho. Una pregunta queda flotando entre el caos de las calles iquiteñas de hoy: ¿Cómo pudo tener suerte tan grande una entidad educativa que funciona de prestado, sin un triste local propio?