En estos tiempos donde las distancias se han recortado a través de internet aunque sea ilusoriamente, un buen instrumento para expresar las ideas que fluyen (aunque, a veces creo, que las ideas no son bien digeridas, hay mucha intolerancia al pensar, al discutir, son los tiempos del pensamiento único, de la dictadura del mercado) son los denominados blogs que son sitios donde las personas exponen sus opiniones, mayoritariamente, sobre un tema concreto. Pero creo que la realidad reescribe esa definición o amplía esos márgenes del significado inicial. Hay muchos blogs que no tocan un tema en concreto. Me pareció curioso acercarme a ese mundo, bueno se encuentra cosas muy interesantes y para todos los gustos. Es así que desde hace un tiempo atrás tengo un blog que más que un blog he ido construyendo una pizarra con las ilusiones, limitaciones y ansiedades. Es un espacio donde suelo ensayar ideas además voy añadiendo otras voces que ayudan el camino. Voces o gritos que nos iluminan en estos tiempos nublados. Es un coro variopinto. Es una cartografía inacabada de ideas por donde uno transita, se detiene, medita, refunfuña, sonríe. Con el añadido que no es un tema en concreto si no de varios temas que surgen de este largo viaje que es la existencia. Donde hay muchas paradas, tambos donde descansar para ir anotando en el cuaderno de viaje. Garrapatear el mundo que estás viviendo. A través de estos blog y su cronología observas que el camino no es recto y este es inacabado. Además que hay muchas curvas, ascensiones y descensos. Muchos microclimas. Es un viaje que desde que inicias te vas dando cuenta que algo va cambiando. No sé si el paisaje o uno mismo o los dos al mismo tiempo. Es una huella de las muchas que existen en las rúas.