Bajo otro volcán
En el destino de este diario no hay motivo para la anhelada calma, el buscado sosiego. Ni cuando nos preparamos para celebrar otro aniversario de fundación. Todavía no salimos de la artillería pesada, por lo cargoso, de un posible asesino por correo electrónico, de un inminente matador con buen sueldo y pocos escrúpulos, cuando caemos con titulares y todo en el campo de otra amenaza. Un oscuro funcionario nos va a denunciar dentro de poco, un poco más tarde o dentro de un tiempo.
El señor Arturo Ferrer es un hombre muy ocupado como que es gerente de la Red Asistencial de EsSalud. Pero su ardua labor diaria, sus horas copadas por tanto quehacer, no le impiden lanzar una amenaza en palabras mayores. Y nos va a denunciar porque no está de acuerdo con una crónica que publicamos sobre algunos feos asuntos sobre su gestión. No está de acuerdo con lo publicado y en vez de pedir una rectificación con la correspondiente presentación de documentos, se va para otro lado. Arrienda por la amenaza sin necesidad de enviar correos electrónicos o chatear con vehemencia. Es decir, nos hace vivir a partir de la fecha bajo otro volcán. El fuego de otra amenaza. Andamos de malas y vísperas de otra aniversario.
Desde luego, nadie en su sano juicio gusta de vivir bajo la amenaza de muerte, bajo la amenaza de denuncia. Es decir, bajo dos volcanes que queman. Todo ese ambiente caldeado, con sombras de sicarios y de fiscales o jueces, parecería una extraña alianza tendiente a hacernos callar y que luego nos dediquemos a sembrar papa o a publicar crucigramas o recetas de cocina. Pero no podemos cambiar a estas alturas de la vida. Así que le vamos a hacer, como dicen los que saben. ¿La palabra chileno, presente en la portada de antes, le despierta esa desavenencia con este diario al señor Ferrer? ¿O es otra cosa?