La racha de elecciones en diferentes instancias en esta parte de Europa del sur no para. Hace poco hubo elecciones en el ámbito municipal y autonómico que supuso, en muchos territorios, la vuelta de la derecha y de la extrema derecha en ayuntamientos y autonomías (el caso más clamoroso es en Madrid). El proceso de “blanqueamiento” al pensamiento fascista en España es de sorprender y lo hacen con cierta normalidad. Un poco más los abrazan y aplauden. Los que sostienen este blanqueamiento son, dicen sus argumentos, los que están cansados contra lo políticamente correcto del respeto al otro o a la otra persona. Entonces, salen estos tipos y tipas (sí, hay mujeres que los secundan) rebosantes de testosterona a decir sandeces en el ágora, y lo peor, es que hay que gente que comulga y digiere esas ideas que lesionan seriamente la convivencia social – según algunos informes los delitos de odio se han incrementado. En Italia ante el avance del fascismo social la gente se reúne en plazas y otras ágoras para cantar “Bella ciao”, una canción contra esas ideas nefastas para la vida social. En esa ruta de las elecciones también las hubo para formar gobierno ante la negativa de llegar a un acuerdo por las diferentes fuerzas políticas. La negociación fue llena de reproches. Los resultados de las nuevas elecciones han supuesto un acuerdo previo entre las fuerzas de centro izquierda (para llamarlo de alguna manera). En este escenario nuevo, tenemos que cierto sector de la prensa de derechas no hacía ningún remilgo del blanqueamiento de la extrema derecha, ahora atiza y azuza el miedo a la gente ante la formación del nuevo gobierno que no lo va tener nada fácil. Parecen titulares de la guerra fría en “remake”. Como si llegara el comunismo, las fuerzas más retrógradas. Se entrevista al gremio empresarial para que digan el menú de las posibles decisiones de gobierno olvidándose del soberano. En este sesgo noticioso obvian o no salen las opiniones de los trabajadores, son afónicos en estos foros. Estos infelices que ondean banderas con cierta facilidad, no saben que él país pierde excitando el miedo fútil.
