El profesor Z. Bauman en su texto “Holocausto y modernidad” mencionaba que lo sucedido en los campos de concentración nazi no había sido suficientemente internalizado por la humanidad – igual podríamos decir con la goma y el Putumayo en la floresta, la ecuación recursos naturales/habitantes todavía no la hemos resuelto adecuadamente y por esos tenemos las injusticias contra las poblaciones indígenas como es el caso de la contaminación de los ríos y cuencas o procesos de consultas defectuosos. Lo que sucedió en esos Lager fue un sufrimiento inhumano. Y en el mundo podemos ver que esos agujeros negros se multiplican. Miremos Guantánamo, donde la legalidad internacional es una excepción y no una regla. Los trabajos inhumanos en centros laborales del capitalismo periférico donde mujeres y niñas trabajan en condiciones infrahumanas. O la devastación de los recursos naturales en África de parte del capitalismo (imperialismo) en complicidad con las clases dirigentes locales. La débil institucionalidad de África también se suma a este proceso de dominación. Pero hay una situación indignante que ha puesto en jaque a la vieja Europa como es el caso de los refugiados, aquí en España se ha dicho que la palabra elegida del año ha sido refugiado – realidad con cosas como esas solamente vacían de contenido y significado esa palabra. Casi cada día tenemos noticias de muertes con imágenes que salen delante del televisor y en nuestra poltrona poco o nada podemos hacer, como si nos incitaran a resignarnos. Pero lo más preocupante es la actuación de los líderes políticos europeos, hombres y mujeres, que no se inmutan ante este drama humano. Hay citas, reuniones, cumbres donde no se acuerda nada. Como decía el poeta de Santiago de Chuco, ay y el hombre siguió muriendo. Antes la ñoña Europa se conmovió con los restos de un niño en aguas turcas. Hoy ya ni siquiera se inmutan. Dicen para sus adentros, así es la vida. Es un serio drama humano que les molesta porque ponen en peligro su zona de confort y prefieren ignorarlo. Seguro que habrán hecho cuentas y es mejor que la gente muera en el mar. Ay, y el hombre siguió muriendo.