Ay,  la histeria colectiva en los Estados Unidos… aunque sea un poco tarde, vale.

Escribe: Lic. Werlinger Montes Panduro

La industria de cine es una manera muy eficaz de manifestar el dominio cultural sobre los demás países; otro de los mercados donde se ataca a la identidad social y cultural para seguir imponiendo el reino ajeno contra lo propio, la cultura alienante contra la cultura autóctona y auténtica, es el internet. Pero sincerándose con uno mismo y con los lectores, es la cinematografía una industria espiritual que maneja miles de condicionamiento sobre las demás culturas del mundo, y EUA es una potencia fenomenal en este aspecto. Y es ese aspecto que confirma el asedio sobre los demás países para seguir creyendo en ese imperio. En las películas están todos los ideales de una nación manifiestos como mensajes subliminales para decirles a los demás pueblos: crean en mí que soy poderoso, únanse a mí que soy indomable, vengan a mí si quieren ser junto a nosotros los mejores, etc.

Pero hay un punto de quiebre en estas reflexiones ante el paso de los años y de sucesos que van marcando un resquebrajamiento de esa forma de pensar para los demás. Y es el miedo al terror. Y Estados Unidos parece estar viviéndolo hoy con mayor intensidad.

Estuve observando varias películas modernas horneadas en Hollywood y me encuentro con un lugar común: el miedo a ser atacado por terroristas. Hay un terror altamente calificable de histeria colectiva en el país del Norte cuando de estos temas se tratan. En sus cintas se deja notar actualmente; no sucedía esto en la etapa de los noventa, cuando la amenaza terrorista a un país increíblemente sostenible y firme, seguro y fuerte, aún era inimaginable, una suerte de terror a la presencia de un latino “extraño” o de un asiático paranoico; ni qué decir de los orientales. Se sienten temiblemente vulnerables. Por eso ahora el tema es de interés nacional.

Creo que el once de septiembre del 2011 fue el ataque más brutal a ese orgullo de ser norteamericano; a esa certeza de creerse impenetrable y seguro; a ese pensamiento de imperio indomable. Esa fecha nos hizo ver que en un país donde reina el poder (no sólo económico y cultural) seguro es que sus vidas se vuelven miserables cuando les carcomes el orgullo y le corroes la identidad atacándole con la misma arma fuente de su orgullo. No justifico los ataque y matanzas terroristas sino reflexiono sobre lo que significa vulnerar las murallas invisibles de un imperio que erigía como el mejor y más seguro. Le puede pasar a cualquier imperio. Les pasó a los persas, a los romanos, a los griegos, a los celtas, en fin, a todos los imperios que en algún punto de sus historias se creían indisolubles.

Voy a poner en galería la lista del menú para su reflexión: 4 de Julio, Guerra mundial Z, Titanes del Pacífico, Después de la Tierra; en sus argumentos expresan manifiestamente el miedo por ser nuevamente atacados.  Y todo país oriental o aliado, o latino para ellos representan el enemigo común. Y por ello hay que atacarlos hasta exterminarlos, sin que ello signifique la muerte de civiles e inocentes. No sería más fácil pedir cuando hay necesidades. Aunque sea un poco tarde, vale la reflexión y el encono.