En la zona baja de Belén, las balsas flotantes son el hogar de varias familias que han adaptado sus viviendas a las crecientes del río Itaya. Estas construcciones, elevadas sobre el agua, permiten a los residentes mantenerse en la misma ubicación durante todo el año, a pesar de las inundaciones estacionales. Los habitantes, algunos con más de 40 años en el lugar, utilizan el agua del río para diversas actividades diarias, como lavar y bañarse.
El transporte se realiza principalmente en canoas y botes, que permiten a los vecinos moverse dentro de la comunidad. Aunque las viviendas flotantes carecen de muchos servicios, algunas tienen conexiones a electricidad y agua potable. A pesar de los esfuerzos por mejorar las condiciones, estas viviendas siguen siendo parte fundamental del paisaje urbano de Belén.
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