El hotel Ritz-Carlton de Riad, la capital saudí, se prepara para reabrir al público a mediados de febrero. Su web vuelve a aceptar reservas por primera vez desde que el pasado noviembre las autoridades saudíes convirtieran el ostentoso establecimiento en una cárcel de lujo para decenas de príncipes y altos cargos detenidos en una campaña anticorrupción. La anécdota parece indicar el fin de la purga, que fuentes financieras aseguran está dañando las inversiones en Arabia Saudí. Durante las últimas semanas, se ha producido un goteo de liberaciones a medida que los afectados aceptaban ceder parte de sus haberes.

La noticia se conoce apenas horas después de que el diario Okaz informara de que la Fiscalía había liberado a otros dos detenidos, entre ellos un ex alto funcionario, sin revelar sus nombres. Según la misma fuente, “el resto quedarán en libertad en los próximos días, una vez que concluyan los acuerdos para resolver sus problemas”, o serán sometidos a juicio. Aunque no se han facilitado detalles sobre esos arreglos, portavoces del Gobierno dijeron al principio que para quedar libres debían entregar parte de sus bienes, hasta el 70 % de su patrimonio según filtraciones.

La reapertura del Ritz-Carlton, desvelada por la agencia France Presse, se desprende de que, por primera vez desde noviembre, el hotel admite reservas a partir del día 14 de febrero, una curiosa fecha que coincide con la celebración del día de San Valentín (prohibida en Arabia Saudí). Sus tarifas, que empiezan en 2.439 riales (unos 530 euros), dan una idea del tipo de alojamiento de que se trata, aunque no está claro si el morbo de saber que en sus habitaciones han servido de cárcel a las élites del Reino del Desierto será un aliciente o desanimará a los potenciales clientes.