El cartel con el que la ONG Oxfam se propagandiza en el Perú, supuestamente en defensa de la vida y de la naturaleza, no es otra cosa que una fachada que utilizan para intervenir descaradamente contra inversiones productivas en la mayoría de regiones del país. Este accionar les sirve a sus jerarcas, para captar dinero del extranjero y vivir a cuerpo de rey, mientras sus supuestos defendidos, en realidad sus víctimas, quedan sumidos en la pobreza y el abandono, sostuvo Jorge Arévalo Acha, periodista y consultor político, en diálogo con Red de Comunicación Regional (RCR).
Relató que esta ONG comenzó a operar en Piura en el 2000, apoyando al movimiento de sectores izquierdistas que se formó contra el proyecto minero Manhattan, en Tambogrande, y luego, a partir del 2006 estuvieron detrás de todos los movimientos anti mineros en la zona de Huancabamba.
“Empezaron trasladando dinero hacia diferentes instituciones, por ejemplo, pagaron US$ 35 mil dólares para que se haga un estudio sobre el valor que tendría el valle de San Lorenzo. En total, Oxfam financió las actividades del movimiento anti minero en Tambogrande con alrededor de 5 millones dólares entre los años 2000 al 2005”, indicó.
Más adelante, dijo, participaron en los hechos que ocurrieron en el Cusco, Ancash, Cajamarca y Arequipa, y en la mayoría de zonas donde existen proyectos mineros, a pesar que varios de estos proyectos estaban calificados como de interés nacional, por su importancia para el desarrollo del país.
INTERVENCION VERGONZOSA
“Por años, han estado interviniendo en asuntos internos del país. Es lamentable y vergonzoso que nuestras autoridades no hayan paralizado el accionar de este grupo, que ahora sabemos, es inmoral y corrupto”, afirmó
Precisó que Oxfam financia los movimientos anti mineros para justificar el dinero que ingresa al Perú, engañando a los pobladores de las zonas donde actúan. “En Tambogrande ilusionaron a la gente con traer industria para transformar el mango, por lo que había que oponerse a la minería. No hicieron nada, y ahora ya no se aparecen por allí, mientras que los de Tambogrande siguen vendiendo a precios irrisorios -20 centavos de dólar- el kilo de mango, y el resto de producción lo regalan porque nadie les compra” comentó.
Añadió que es sintomático que los dirigentes anti mineros que en algún momento se ligaron con Oxfam si acumularon riquezas, mientras la mayoría de los campesinos que los apoyaron, siguen siendo pobres y en varios casos, terminaron muertos.
El periodista reclamó que así como varias entidades del Estado están investigando a quienes aportaron dinero para campañas electorales, “la APCI tendría que averiguar qué es lo que hacen estos señores con la plata que les viene del extranjero”.
Arévalo detalló que en el país, Oxfam también tiene una serie de ONG satélites como la asociación civil LABOR, Fedepaz, ECO, la Conacami, CoperAcción, Grufides, entre otros a las que entrega dinero para “estudios y asesorías” que justificarían otros gastos poco transparentes, y que podrían estar vinculados a lavado de activos. (rcrperu.com)