En estos días que todos tomamos como pretexto el amor a la patria en mi octavo día de vigilia, luego de acudir a una jornada de la Feria Internacional del Libro en Lima, he pensado que amar a la patria es:
Ir con dos horas de anticipación a la presentación del libro “Dejarás la tierra” de Renato Cisneros ya cuando la cola es inmensa y el aforo se cubre sin mi presencia y comprobar que alguna revolución importante se cocina para que autores relativamente jóvenes provoquen semejante avalancha.
Enterarse que por el éxito obtenido la editorial organiza una segunda presentación en el Centro Cultural “Ricardo Palma” de Miraflores y llegar con una hora de anticipación y la inmensidad de la cola impide no sólo un asiento sino escuchar de lejitos las palabras de Santiago Roncagliolo, Patricia del Río y de Renato Cisneros y pensar: “los tres estuvieron en Iquitos en diferentes momentos pero con el mismo motivo: presentar libros”.
Escabullirse entre la multitud que escucha con atención las preguntas de Beto Ortiz y las respuestas de Juan Pablo Escobar sobre las excentricidades de los que habitaban la Hacienda Nápoles y enterarse que todo lo que se ha visto en las series no es nada si comparamos la experiencia vivida por el hijo del narcotraficante más alucinante que tuvo socios en Iquitos, para variar.
Escuchar la palabra bien escrita y pronunciada, como si se tratara de pinceladas, del artista Gino Ceccarelli en la presentación del poemario “El espíritu de los ríos” de Marco Martos donde ratifica y aprecia “el arte de los pintores, la sencillez de los pobladores, su don de gentes” de la selva del Perú.
Exigir una explicación al Ministro de Cultura, Salvador del Solar, que ante la avalancha de gente en la presentación del libro “No soy tu cholo” de Marco Avilés tuvo que dejar a los miembros de su seguridad fuera del auditorio y a un centenar de personas también porque nadie había previsto que desbordara de gente.
Leer y releer las 338 páginas de la última novela de Renato Cisneros y encontrar (¿habrá más? una palabra mal escrita en la novena línea del tercer párrafo y con esa anotación lograr que el autor ponga la frase “Para Jaime de Tierra Nueva, con un abrazo: Renato Cisneros” en una presentación que no tiene nada que ver con su obra que, además, es un recorrido por la historia del Perú desde un rincón familiar.
Sentarse en el suelo junto a Mónica y escuchar las palabras de Mónica Sánchez, Claudia Cisneros y Renato Cisneros en la presentación de la compilación “Resistir e insistir” y no desmayar en el intento de hacer una patria más linda y justa.
Encontrar a Paco Bardales, por esas coincidencias de la vida, en un bus por la avenida Salaverry y coincidir en el pensamiento que “Iquitos está de mal en peor” y que las regiones colindantes nos llevan la delantera no sólo en promoción cultural.
Escuchar a Salvador del Solar, Alberto de Belaunde y María Luisa del Río, quienes bajo el pretexto de “Más allá del arco iris” dan rienda suelta a lo que desean para el país y que la discriminación tiene que disminuir porque todos los esfuerzos desde el Estado y la sociedad civil son insuficientes ante tanto odio que aún camina por la patria.
Recorrer desde la cuadra 7 hasta la 4 de la Avenida Larco en Miraflores asombrado ante la hermosa, singular e ilustrativa exposición en la vía pública de obras de amazónicos como Gino Ceccarelli, Cristhian Bendayán, Rember Yahuarcani y más que evidencia que en ese distrito se difunde con más criterio y estética el arte amazónico.
Felices fiestas patrias, atrasadas.