Pensé que Iquitos era agua

Ecuatoriano David Ávila, realiza malabares con fuego para ganarse la vida

“PENSÉ QUE IQUITOS ERA AGUA, PLANTAS Y ANIMALES”

Algunas veces, cuando el semáforo enciende la luz roja e indica que tenemos que detener nuestros vehículos, nos hemos encontrado con ciertos personajes a los que muy comúnmente los conocemos como mochileros, estas personas que se dedican a recorrer el mundo y a ganar dinero realizando malabares en las esquinas de las calles. Muchas veces le alcanzamos algunos sencillos o en su defecto pasamos de largo sin importarnos su suerte. David Ávila es un ecuatoriano de 25 años que realiza malabares con fuego en las principales arterias de Iquitos, a él lo encontramos en las intersecciones de Arica con Morona.

Si podemos contribuir con unos sencillos para estos jóvenes que han escogido esta forma de vida, ellos lo sabrán agradecer; una sonrisa o unos fuertes aplausos también serán bien recibidos por los mochileros que han descubierto en este ritmo de vida, una buena forma para alejarse de las preocupaciones y problemas.

¿De dónde eres?

Yo soy natural de Guayaquil, ahí estuve estudiando idiomas, pero dejé mis estudios por dedicarme a lo que me gusta, viajar y conocer el mundo.

¿Cuánto tiempo llevas en Iquitos?

Ya tengo dos semanas aquí en esta ciudad, la verdad es que antes tenía un concepto diferente de Iquitos, pero al llegar me di cuenta que era todo lo contrario a lo que yo me imaginaba o esperaba ver.

¿Qué concepto tenías?

Yo pensaba que Iquitos era una ciudad que estaba llena de agua, animales, plantas y árboles; pensaba que no era una ciudad propiamente dicha, sino una selva, pero me di con la sorpresa que es una selva, pero de cemento y vehículos (risas); pensé que Iquitos era muy pobre y no tenía mucho comercio, pero veo que está bastante desarrollado y hasta es más limpio que otras ciudades de este país, pienso que la economía de esta ciudad es superior a cualquier ciudad del Perú, es más, no parece ser una ciudad peruana.

¿De esta manera te ganas la vida?

Sí, de esta manera me estoy ganando unos sencillos, algunas personas me ven y me contratan para shows particulares, la semana pasada me presenté en una discoteca y fue todo un loquerío (risas).

¿Cuánto dinero sacas con esta actividad?

Yo no lo hago tanto por el dinero, me conformo con las sonrisas que les arranco a los espectadores y algunos aplausos que me regalan, pero se llega a sacar algunas monedas que a veces llegan hasta los 40 ó 50 soles, en Lima sacaba un poco más.

¿Siempre estás en esta esquina?

Aquí en esta esquina estaré hasta el sábado, quiero juntar para mi pasaje y de ahí me quitaré hasta otro punto, es que mi vida se desarrolla de viaje en viaje.

¿Desde cuándo realizas estos malabares?

Recién hace muy poco aprendí a hacerlo, pero yo no lo hago porque soy malabarista, sino porque la música que escucho me inspira a hacerlo, a mí me gusta el tec metal y las cosas oscuras que han satanizado algunos porque lo califican como diabólicas cuando simplemente es un ritmo de música o una calidad de vida.

¿Cuántos lugares ya conociste con tus viajes?

Con lo que respecta a este país ya conozco Chiclayo, Piura, Lima e Iquitos, pero también estuve por Colombia y Argentina, en octubre será mi cumpleaños y quiero pasarlo en Bariloche – Argentina.

¿Tienes hijos?

Soy soltero y sin compromisos, ahí en Guayaquil solo dejé a mi madre y mis hermanos, pero no dejé a ninguna mujer, mucho menos a ningún hijo.

¿Qué dicen tus padres de tu forma de vida?

Yo solo viví con mi mamá, pero ella no me dice nada, no contradice mi manera de vivir porque sabe que yo soy feliz así y lo que ella quiere es verme feliz.

¿Tuviste algún accidente realizando estas actividades?

Sí, a veces el fuego se me pega en la ropa y es muy peligroso, el otro día el fuego se pegó en un cable de electricidad, pero felizmente se apagó al instante y no pasó a mayores.