* El estilista decidió abrir su propio estudio, donde atiende a hombres y mujeres con tratamientos capilares y faciales.

Tras 20 años dedicados al rubro de la belleza en Lima, Alan Perea regresó a Iquitos, su ciudad natal, con la intención de pasar unas vacaciones. Sin embargo, la experiencia fue decisiva: decidió quedarse y abrir su propio estudio. “Iquitos me atrapó”, contó. Desde hace dos años y medio, atiende en su local de la calle Iquitos con Távara, ofreciendo tratamientos para caída del cabello, caspa y colorimetría, tanto para hombres como para mujeres.

Perea señaló que al inicio no fue fácil abrirse paso en el sector, pero el trabajo constante y el boca a boca posicionaron su nombre. Hoy forma parte del crecimiento de un rubro competitivo y en desarrollo en la ciudad. Además, destacó la importancia de enseñar a sus clientes a cuidar su cabello de acuerdo con su tipo de piel y estilo de vida. “Me gusta guiarlos desde cero”, afirmó.

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