Liz Chicaje Churay, de la organización Hijas de la Yuca, comparte la experiencia de su comunidad en la producción de ají negro, una pasta tradicional hecha a base de yuca y ajíes. Este producto, que se cocina de forma natural durante dos días, es una fuente de ingresos para las mujeres de la Cuenca del Ampiyacu. El ají negro es una opción económica que ayuda a reducir la dependencia de la minería ilegal en la región.

Aunque el producto aún no tiene un envase legal, el kilo de ají negro se vende a 65 soles a los cocineros. Liz asegura que este tipo de iniciativas demuestra que hay alternativas viables para las comunidades, que pueden generar ingresos sin recurrir a actividades ilegales, aprovechando los recursos naturales de manera responsable.

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