[El crecimiento poblacional y la alta demanda hacen que los aguajales sean destruidos sin mayor reparo.]
En Lima el aguaje está por todos lados: helados, pasteles, coctéles, harina, etc. Se emplea en la cocina gourmet, en la industria cosmética e incluso es una fruta cuya estética provoca coleccionar. Esa es una de las razones por las que ahora peligra.
Según Campos Baca, solo en Iquitos (capital de Loreto con medio millón de habitantes) se comen 20 toneladas diarias de aguaje. Hace 8 años se consumían 12 toneladas. Además de estar presente en refrescos y helados, la fruta también está siendo industrializada en envases.
Durante años los aguajales, los bosques de palmeras de los que se extrae esta deliciosa fruta emblema de la Amazonía peruana, se consumieron en nuestra selva. Pero el crecimiento poblacional y la demanda fuera de esta zona están acabando con ella.
De hecho, la demanda ha causado la destrucción de los bosques por el fruto. El número de extractores involucrados en esta actividad ha aumentado y no están tomando las medidas necesarias para preservar la planta.
Esto dijo a AFP Luis Campos Baca, director del Instituto de Investigación de la Amazonía Peruana:
“En la Amazonia hay siete millones de hectáreas de bosques de aguajales y la investigación revela que unas 800 mil hectáreas han sido deforestadas por la tala indiscriminada de la palmera para extraer el fruto que crece en la cima”
Según Campos Baca, solo en Iquitos (capital de Loreto con medio millón de habitantes) se comen 20 toneladas diarias de aguaje. Hace 8 años se consumían 12 toneladas. Además de estar presente en refrescos y helados, la fruta también está siendo industrializada en envases.
A eso hay que sumar que los aguajales se ven afectados por el cambio climático. La ola de frío que llega a algunas zonas impiden que la planta dé fruto.
Esto dice Ricardo Zárate, jefe de investigación del IIAP, sobre el principal problema, la forma de extracción:
“La cosecha implica la muerte de la palmera. Es una forma tradicional pero, por el incremento de la demanda, se comienzan a destruir más aguajales, que son ecosistemas frágiles”
Pero la destrucción de los aguajales no solo afecta a la propia fruta, sino también al suri, el emblemático gusano que crece en el pulpa del tronco seco y viejo del aguajal. También peligran el caimán negro, la anaconda, el jaguar, el tapir amazónico, los cerdos de monte, lechuzas, guacamayos y la carachama.
En estos momentos el IIAP se encuentra trabajando en la producción de aguajales enanos para que los frutos puedan ser extraídos sin talar la palmera. También buscan educar a los extractores de aguaje para que solo corten los racimos de fruta.
Con información de AFP