Editora fuera de la patria
El emperador oriental, Shi Huang Ti, fue uno de los primeros en proceder a la quema de libros. Pero ese gran invento de la humanidad no acabó entre las cenizas dispersas, ni se esfumó para siempre. Siguió viviendo, incentivando la mente de hombres y mujeres. Entre nosotros, el jesuita Francisco de Aguilar también achicharró libros en una hoguera en pleno bosque, pero el libro en estos lares no se perdió en el humo fugaz ni entre los escombros olvidados. Siguió existiendo. En el presente, modernos homicidas del libro, han profetizado su fin. Pero este sigue viviendo, renovándose e incrementándose y conquistando más lectores. Editora Tierra Nueva se ha hecho cargo de ese vitalismo, que no sucumbe ante los avances tecnológicos ni ante los profetas de la extinción.
Después de una larga y esforzada jornada de edición de obras de diferentes géneros, de haber publicado a autores locales y forasteros, de haber participado en varias ferias nacionales y provinciales del Perú, acude a la Feria Internacional del Libro en Guayaquil, Ecuador. En el Palacio de Cristal, del renovado Mercado Sur, entre el 2 y el 11 de julio del presente año, se realiza dicho evento en su quinta versión. Editora Tierra Nueva tendrá su stand correspondiente con las obras ya publicadas de los aludidos autores. Asimismo, se presentará la segunda edición de la obra El linaje de los orígenes, la historia desconocida de los Iquito, de Percy Vílchez Vela.
Es la primera vez que Editora Tierra Nueva, ese milagro en una ciudad iletrada, de pocos lectores y de escasas bibliotecas, y es un hecho importante y sin precedentes en la medida en que la incipiente industria editorial nuestra se convertirá en una propuesta de conocimiento fuera de nuestras fronteras nacionales. También servirá para informarse de los hallazgos y avances de otros países en el arte de la edición de obras. Además, permitirá el intercambio de experiencias valiosas en el mundo de las publicaciones de diferentes países.
Toda feria del libro es la efusión del júbilo de la vida intelectual, la demostración pública de la existencia renovada de ese instrumento fundamental y crucial de toda comunidad de hombres y mujeres. En esos días designados se puede decir que toda otra actividad se paraliza, debido a la abrumadora presencia de librerías y casas editoras, a la profusión de actividades artísticas y culturales que se suceden sin cesar. Es un instante máximo e irrepetible como una celebración cívica que agradece las pequeñas o grandes verdades que los libros contienen. La V Feria Internacional de Guayaquil no será una excepción. Y allí estará Editora Tierra Nueva con las obras publicadas en el desamparo de la remota provincia, como una innovación de las exportaciones tradicionales.
El soberano Shi Huang Ti, el jesuita Francisco de Aguilar y otros incendiarios de menor renombre y escaso prestigio son ahora cenizas de las eras, humo en la nada. Sus extraviados intentos de asesinar a los libros se perdieron en el desierto del tiempo y del espacio. El libro, invicto y tenaz, prosigue su ruta de hacer más intensa la vida de los hombres y de las mujeres. Y desde esta aldea perdida en el laberinto, desde este Iquitos, tiene todavía la fuerza para ir hacia otros rumbos, otras latitudes, como una afirmación de la promesa de un porvenir donde el libro sea el personaje central de nuestra vida cotidiana.