La pandemia del Coronavirus ha llegado y nadie sabe administrar el miedo. Es lo peor que le puede suceder a un gobierno ya sea nacional, regional o local, pues la sociedad entra en psicosis y estalla la opinión pública ante cualquier incidencia. Cualquier caso de gripe enciende las alarmas, cualquier estornudo se convierte en viral y si por ahí alguien, aunque sea por redes sociales, conoce algún afectado posible es señalado, separado, apartado y marginado.
Y ante esta sensación generalizada nadie sabe responder para poner paños fríos a un temor que se ha apoderado de las decisiones del ciudadano. Nadie sabe intervenir pues estas reaccionan en la parte cerebral límbica de las personas que son alimentadas con cualquier señal de alerta.
La decisión de suspender el inicio de las labores escolares por parte del presidente Martín Vizcarra, aunque pueden sonar a preventivas y controlar algo que puede desbordarse, desde el punto de vista comunicacional abona al pánico social porque la población asume que, efectivamente, hay una pandemia que puede hacer presa en cualquier momento de lo que más queremos: los hijos.
Esta mala o nula administración del miedo es incluso más perjudicial que no contar con la logística necesaria para atender los posibles casos del Coronavirus. Porque ya se conoce hasta el cansancio que en términos porcentuales no es significativa su afectación y la amenaza en términos prácticos no es real, la mayoría no asume esto como ciertas estas explicaciones de los hombres y mujeres de ciencia porque ya sido presa del miedo que ronda en cualquier estornudo.
Cuando pase esta tormenta del espiral del Covid 19, porque más temprano que tarde lo hará, habrá otras consecuencias que no podrán ser contenidas por las autoridades y menos disimuladas. Son las cifras económicas en pérdidas en muchos sectores que son inevitables en esta especie de paralización paulatina del país. Aunque hayamos ganado en ciertos hábitos sociales e higiénicos que no tenemos aún y que con esta desgracia tal vez adquiramos, la realidad oronda se desnudará luego que finalice el miedo.
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